Estela de Naram-Sin

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Estela de Naram-Sin

La estela de Naram-Sin o estela de la victoria se construyó en Sippar aproximadamente en el 2.250 a. C.,​ para conmemorar la victoria del rey Naram-Sin, nieto de Sargón I de Acad, sobre la tribu de los lullubi de los montes Zagros.

Representación de un rey de Acad
En ella se ve un paisaje montañoso, con árboles, donde se desarrolla una escena en la que prevalece la figura del rey Naram-Sin, de mayor tamaño que sus súbditos y enemigos y coronado con un casco con dos cuernos, propio de los dioses. El rey vencedor aplasta con el pie a los cadáveres de sus enemigos, mientras mata a otros dos y algunos caen despeñados. Los soldados acadios desde un nivel inferior, alzan la cabeza como signo de admiración y respeto por su soberano.

La estela fue encontrada en Susa. Está hecha de arenisca rosada y sus dimensiones son 1,05×2 m. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París.

En este grabado se observa una estilización de las figuras humanas con respecto a las representadas en la estela de los buitres. ​Hay evidencia creciente que indica que la señalada victoria sobre los antecesores de los kurdos, los lullubi, no fue un hecho real sino más bien un evento de propaganda y autoglorificación.

Un bajorrelieve similar en el que también aparecía Naram-Sin fue encontrado en Pir Hüseyin, a pocos kilómetros al nordeste de Diyarbakır.


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Imperio Acadio 2/2

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Imperio Acadio

Significación política del Nuevo Imperio

De cualquier manera que se juzgue el imperio de los acadios, es obligado reconocer que su régimen rompió los moldes del antiguo estado-ciudad. El rey es ahora el centro del mundo civilizado; en sus manos se concentran todos los hilos de una vasta organización estatal; nada cae fuera de su autoridad y jurisdicción. Para imponerse dispone de un nutrido ejército permanente y de una red burocrática sostenida en primer lugar por sus representantes personales en la capital y en las ciudades del imperio. Los altos jefes del ejército y de la administración constituyen lo más selecto de la nueva sociedad, son los "5400 hombres que a diario comen delante de Sargón". Dentro de una mayoría de acadios hay constancia de la presencia de sumerios en esta hueste selecta, de personas que por motivos diversos habían acreditado lealtad al nuevo régimen o tenían razones muy poderosas para mostrarse adictas al mismo.

Uno de los pasos dados por Sargón tuvo consecuencias para la posterior cultura mesopotámica: la sustitución del sumerio por el acadio como lengua escrita. Aunque a veces textos vayan acompañados de versiones sumerias, el predominio de una lengua sobre la otra va ganando terreno hasta dejar al sumerio arrinconado en el ritual religioso y los textos científicos. La lengua hablada se mantuvo todavía unos siglos en las ciudades del sur, pero su suerte era ya irreversible, desde el segundo milenio toda Mesopotamia hablaba ya lenguas semíticas. Para sostener la burocracia y el ejército el tesoro real tenía que poseer enormes riquezas. Uno de los medios de pago acreditados consistía en la cesión, por parte del rey, de terrenos de su propiedad a miembros de la administración estatal, para que estos los explotasen por su cuenta a cambio de un diezmo de sus productos. El llamado Obelisco de Manishtusu acredita que el rey paga un justo precio a sus propietarios legales por tierras adquiridas con este fin, y que además se cuida de que las personas que pudieran resultar perjudicadas por esas medidas encuentren medios de vida conforme a sus necesidades.

Rey Naram-Sin
Aun siendo escasa la documentación llegada a nosotros indica que el régimen de los acadios no resultaba opresivo para sus súbditos. Los príncipes y gobernadores de los estados sometidos solían mantener sus puestos, salvo en casos de declarada enemistad como el de Lugalzagisi. Los estados acadios tenían que acatar ciertamente a un representante del emperador, respaldado por una fuerza más o menos numerosa, pero la autoridad y el gobierno interior quedaban en manos de sus propios magistrados. Solo en puntos de mayor valor estratégico los acadios estaban más presentes. Ha de tenerse en cuenta que la creación del imperio no había sido dictada por el heroico o romántico afán de gloria que parte de las fuentes explican, sino a unas circunstancias económicas más prosaicas tal vez, pero no menos determinantes. Mesopotamia carecía de los elementos de riqueza que sostenían la civilización antigua en lo material; la piedra, la madera y los metales. Las fuentes documentales de las campañas de Sargón no encubren cuales eran sus objetivos primordiales: el Bosque de los Cedros, las Montañas de la Plata y los territorios del Este, ricos en piedras, vulgares y preciosas. Nada más lógico por tanto que contemplar la dilatada expansión de Acadia en función de un propósito de posesión y control de esas fuentes de producción y de los caminos por donde esas riquezas afluirían a la nueva metrópoli. A los muelles de Akkad amarraban barcos de todo el mundo cargados de mercancías; los caminos del imperio se estimaban por el constante ir y venir de caravanas, como acreditan multitud de testimonios. La seguridad del sistema de transportes estaba confiada a las guarniciones de los grandes centros regionales y de los principales nudos de comunicación.

Después del Imperio

La lista Real Sumeria menciona seis reyes más después de la muerte de Sharkalisharri, los cuales es posible que reinasen en Agadé. Esta ciudad había adquirido características de gran capital, por lo que es probable que su supervivencia resultase poco viable tras la pérdida del territorio imperial. Se sabe que finalmente los nómadas gutis, que habitaban las montañas próximas a Agadé, tomaron la ciudad y posiblemente toda la región septentrional. En el sur las ciudades prosperaron y es posible que las reformas realizadas por los sargónidas les beneficiasen finalmente.

Influencia

La dinastía de Sargón de Acad fue la primera a lo largo de la historia que consiguió el dominio sobre pueblos diversos culturalmente, con lo que se puede decir que constituyó el primer imperio de la historia. Sus conquistas dejaron una impronta imborrable sobre las generaciones posteriores, cuyas tradiciones le considerarían el mejor monarca de la historia, el arquetipo de rey longevo y de gobierno eficaz. Se elaboraron leyendas que le otorgaban un linaje divino y las historias de sus conquistas circularon mucho más allá de las fronteras de sus dominios.

Entre las leyendas de su nacimiento destaca la que se deja entrever en la lista Real Sumeria. Según esta leyenda, Sargón había sido hijo de un jardinero del palacio del rey de Kish que ascendió al cargo de copero. En un momento dado los dioses deciden que el reinado de Ur-Zababa, el hasta entonces rey, debe finalizar, recayendo la realeza en Sargón.

Otra leyenda narraba que Sargón había sido hijo de una sacerdotisa «en» ―puesto que solían ocupar mujeres de la realeza― y un extranjero de las montañas. Su madre habría dado a luz en secreto y dejado al recién nacido en un cesto de mimbre flotando en el río. La corriente habría arrastrado a Sargón hasta ser recogido por un aguador de nombre Aqqi, que le enseñó el oficio de jardinero. Su ascenso al puesto de rey se habría debido a que la diosa Ishtar le habría tomado cariño mientras ejercía de jardinero.

Sobre su sucesor más célebre, Naram-Sin el mensaje de las leyendas era bastante bien diferente. Así, una leyenda sumeria narraba que la caída del Imperio acadio se había debido a la pérdida de favor del dios Enlil. Naram-Sin, conocedor de esto a través de un sueño, espera durante siete años (siete años representan simplemente una cifra muy grande) a que los dioses cambien de parecer. Pasado ese tiempo el rey desespera y dirige a su ejército al templo de Enlil y lo destruye, arrojando al fuego las vasijas sagradas. Como represalia, el dios castiga a la ciudad con la llegada de los bárbaros gutis de hábitos nómadas, que arrasan la ciudad y hacen retroceder a la región a los tiempos de antes de que las ciudades fuesen construidas.

Cultura

Sargón dio numerosos puestos administrativos a ciudadanos de su región original, cuya lengua era el acadio, el cual posiblemente vivió en esta etapa una gran difusión.

La escritura de esta lengua siguió un modelo desarrollado en el área de Ebla, en la actual Siria, que adaptaba la escritura cuneiforme a la lengua semita. Este modelo de escritura fue el más utilizado en la administración del Imperio acadio, si bien se mantienen numerosos documentos e inscripciones bilingües, escritas tanto en acadio como en sumerio. ​Así, aunque la lengua sumeria siguió siendo utilizada es probable que las conquistas de Sargón y su prestigio, diesen un impulso fundamental a la lengua acadia, facilitando que en los siglos posteriores se impusiera finalmente el acadio.

Arquitectura

Los posibles restos de las ciudades de Akkad y de Sippar siguen sepultados en lugares ignotos. Este desconocimiento completo de los que en su día fueron centros principales del imperio acadio nos priva de posibilidad de contemplar y enjuiciar aquellos monumentos que mejor pudieran reflejar su estilo y concepciones arquitectónicas. En tanto que no se produzcan descubrimientos en este sector, hemos de contentarnos con obras de restauración llevadas a cabo por los acadios en edificios antiguos, como es el caso del Palacio y el Templo de Tell Asmar, y con un par de ejemplos de edificios de nueva planta, magníficos ciertamente los dos en capitales provinciales del Imperio: Tell Brak, en Siria, y Asur, en el corazón del futuro territorio de los asirios.

Inscripción de Naram-Sin que narra la construcción del templo de Marad
El gran edificio excavado en Tell Brak, construido y utilizado para depósito de mercancías en el centro de la cuenca del Kabur, se fecha en la época de Akkad porque sus adobes ostentan el nombre de Naram-sin. Basta mirar un momento su plano, para comprender que no es una realización gradual, con un núcleo al que se van añadiendo postizos para satisfacer nuevas necesidades, sino una creación única, racional, calculada de antemano hasta sus mínimos detalles. Como observa Moortgat, los acadios tendieron a moldear la realidad en hormas preconcebidas, según pone bien de manifiesto su esquema de las "Cuatro Partes del Mundo"; las ideas deben imponer sus perfiles a las cosas, el espíritu a la materia. El palacio de Tell Brak es un elocuente testigo de su mentalidad. Aquella impresionante mole, de 111 por 93 metros, debía parecer a los pueblos de la llanura de siria un símbolo pavoroso de la autoridad acadia. Sus muros exteriores, de diez metros de espesor, lo ceñían de un cinturón infranqueable. El plano dice lo que era: un depósito de mercancías y tributos, organizado alrededor de cuatro patios, uno de ellos mucho mayor que los otros tres. Su única puerta, de once metros de ancho, daba a un espacioso zaguán, flanqueado por los lugares de administración; del zaguán se pasaba a un patio de cuarenta metros de lado. Hay que imaginar allí a las caravanas descargando sus fardos, pasada la inspección de los escribas estacionados en el portal. Después de descargadas en el patio, las mercancías eran depositadas en los almacenes, ordenados como un casillero de huecos, todos en la misma altura, aislados o por parejas en torno a cuatro patios. Los almacenes recibían de estos la luz y la ventilación. El edificio no parece haber tenido más planta que la excavada y quizás unas torres de defensa a los lados de su única puerta, algo más altas que los restantes muros, para servir de atalayas.

En el Templo de Abu, en Tell Asmar, los acadios introdujeron un cambio significativo: dividieron la cella en dos mitades por medio de un grueso muro transversal, con abertura en el centro, de manera que una vez pasado la puerta exterior del santuario, el visitante se encontraba en una antecella. Para ver la estatua y los altares del dios, el visitante debía dar unos pasos y colocarse en el eje central del edificio. El nuevo sistema rompe con la tradición del acercamiento por el eje acodado, y más aún indica la disposición típica de los templos neosumerios, en los que la cella propiamente dicha será una estancia más ancha que larga. Un solo ejemplo no basta para determinar si el nuevo sistema fue general entonces, pero en todo caso la reforma introducida en el Templo de Tell Asmar tiene el valor posible de antecedente de una solución llamada a imponerse más tarde.

Durante el Imperio acadio se siguió la costumbre sumeria de levantar grandes estelas y monumentos conmemorativos escritos en lugares especiales de las ciudades. Con estas obras se demostraba el poder del imperio y se publicitaban sus éxitos militares. En el arte acadio, la figura central de la obra se representa en mayores proporciones que el resto de la composición, que generalmente contiene escenas dramáticas. Un buen ejemplo es la estela de Naram-Sin, donde el monarca, coronado por un casco de cuernos que indica su carácter divino, tiene el doble de tamaño que las demás figuras.

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Imperio Acadio

El Imperio acadio fue un gran reino de Mesopotamia formado a partir de las conquistas de Sargón I de Acad. Mantuvo su máximo esplendor en el siglo XXII a. C. (2334 a 2192 a. C.) en los que se sucedieron cinco monarcas: el propio Sargón, sus hijos Rimush y Manishutusu, su nieto Naram-Sin y el hijo de este, Sharkalisharri que gobernaron durante 141 años.

Los dominios del Imperio acadio se extendieron a toda la cuenca del Tigris y Éufrates, Elam, Siria y ―según las inscripciones― aún más allá, hasta el Líbano y la costa mediterránea. Según dichas inscripciones se llegarían a realizar incursiones hasta Anatolia y el interior de los montes Zagros y el imperio controlaría el comercio del golfo Pérsico hacia «Magan» (posiblemente Omán) y la región del valle del Indo.

Sargón y la supremacía del imperio Acadio
Las ciudades de Mesopotamia se llenaron de monumentos y estelas conmemorativas que hablaban de la grandeza del nuevo imperio y en la escritura se produjo un importante avance del idioma acadio, que se convirtió en la lengua administrativa del Estado.

Historia

Antecedentes

La infiltración pacífica de los semitas en las ciudades sumerias alcanza ahora densidad suficiente para que aquellos obtengan la supremacía política del país. Cabe incluso atribuir esta supremacía a una inmigración repentina y masiva:

Es indudable que se produjo una gran afluencia de gentes en la época en que Sargón se hizo rey. No pudo ser una lenta infiltración de familias interesadas en ganarse la vida en un país más venturoso, por mucho que así lo sugiera el relato del nacimiento y ocupación del héroe. Este nunca fue un ordinario ensi de ciudad, dispuesto a comprometer a las ciudades vecinas en una lucha por la supremacía. En vez de eso edificó una nueva capital y esta albergaba a sus guerreros y a sus familias, no a una mezcolanza de gentes sacadas del Kish. La ciudad se convirtió en centro de la parte septentrional del país, que en adelante se conocería como Sumer y Accad. Este proceso solo pudo producirse por una población consciente de sus diferencias e incluso de la hostilidad de la población vernácula.
C. J. Gadd, en Cambridge Ancient History, fascículo 17, 1966 pág. 33.
Desde el 3000 a. C. los semitas se habían ido extendiendo desde sus orígenes en Arabia hacia el norte, con otros grupos diferentes, como los amorreos. No hay muestras de que estas migraciones se produjesen de manera traumática, sino que parece tratarse más bien de un proceso gradual. ​En Mesopotamia los más importantes fueron los acadios, presentes en el área del norte de la región, en la que se incluía la ciudad de Kish. En esta ciudad se sabe que Sargón desempeñó algún puesto de responsabilidad. Culturalmente, Sargón era semita ya que se sabe que su lengua era el también semita acadio.

Hacia el 2340 a. C. Sargón fundó la ciudad de Agadé en las proximidades de Kish, posiblemente al norte. Su localización todavía no ha sido determinada por los arqueólogos, aunque se especula que podría haber estado hacia la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, en las afueras del actual Bagdad.​Los motivos de la fundación de Agadé no están claros. Es probable que Sargón se rebelase contra su señor en Kish y decidiese establecer un nuevo centro de operaciones.​Tampoco se conoce con seguridad que ocurrió en Kish. Tal vez Sargón la tomó antes de lanzarse hacia a la conquista las tierras del sur o tal vez fue Lugalzagesi de Umma, que había formado un imperio local en el área del sur.

Las conquistas de Sargón

En algún momento a mediados del siglo XXIV a. C. (2340 a. C.) Sargón se lanzó a la conquista de las ciudades sumerias del sur. Las conquistas anteriores de Lugalzagesi de Umma pudieron facilitar el camino del conquistador acadio, al encontrarse ya vencida la independencia de las distintas ciudades sumerias. El primero de los objetivos de Sargón fue Uruk, ciudad célebre por sus grandes murallas y donde en el momento del ataque se encontraba Lugalzagesi. Sargón no solo conquistó la ciudad, sino que hizo prisionero al rey, obligándole a caminar hasta el templo de Enlil en Nippur con una argolla al cuello.

Tras esto se lanzó a la conquista del resto de ciudades sumerias. Tomó Ur, Lagash y Umma, con lo que ya controlaba tantas tierras como había hecho Lugalzagesi. Con el dominio de toda la Baja Mesopotamia asegurado, continuó sus campañas atacando a los elamitas de los montes Zagros, en el actual Irán, y realizó incursiones en la ciudad de Mari (en la actual Siria) y Ebla, ya a pocos kilómetros del Mediterráneo, llegando, según las inscripciones, a las montañas de los cedros: esto es, al actual Líbano, y tal vez hasta Anatolia.

Sargón se convirtió así en el primer monarca histórico que consiguió unificar toda la cuenca de la Mesopotamia bajo un mismo mandato. Pese a que es probable que esta unidad fuese más teórica que real, la figura de Sargón fue un referente constante para los monarcas que, posteriormente, tratarían de repetir su hazaña. De hecho, en épocas posteriores se le conoció como Sargón el Grande. Pero su reinado y el de sus sucesores no estuvieron exentos de problemas ya que poco antes de su muerte sufriría una revuelta general en las ciudades conquistadas.

Sargón de Akkad, el primer emperador de la Historia
Pese a estas dificultades, durante el reinado de su nieto y sucesor, Naram-Sin (2260-2223 a. C.), ​el imperio alcanzó su máxima extensión territorial: en los límites occidentales incorporó las regiones de Alepo (en la actual Siria), y el entorno de Trípoli (en la costa mediterránea cananea del actual Líbano); en los orientales conquistó Susa y en el norte se expandió por Anatolia. Sin embargo hubo un pueblo al que Naram-Sin no consiguió conquistar pese a que guerreó contra ellos y les infligió algunas derrotas. Eran los guti, que habitaban los montes Zagros y que atacaban y saqueaban continuamente las tierras del valle. El nuevo rey tuvo que enfrentarse además a numerosas rebeliones.

En algún momento de su reinado parece que Naram-Sin fue deificado. El motivo, según una inscripción en una estatua, fue por petición de su pueblo a los dioses, después de que el rey ganase nueve batallas contra las que se le rebelaron «desde los cuatro confines del mundo». Los dioses concedieron y se le construyó un templo en Agadé, que hasta entonces no estaba dedicado a ningún dios.

Tras la muerte de Naram-Sin, su sucesor e hijo, Šarkališarri (2223-2198) vio incrementada la presión sobre el imperio: Elam se rebeló, conquistando varias ciudades del sur de Mesopotamia. Posteriormente sufriría invasiones por parte de los amorreos, a quienes lograría vencer, y de los guti a los que inicialmente también reduciría. Sin embargo el imperio estaba muy desgastado y tras su muerte las ciudades del sur de Mesopotamia se independizaron. Tras esto, los dominios del antiguo imperio quedaron reducidos al área circundante de la antigua capital, Agadé.

Historia según fuentes tradicionales

Un mito, el primero en el tiempo, parecido al de otros antiguos caudillos surgidos de la nada, un funcionario semítico al servicio de Urzababa, rey de Kish, forma un partido con gentes de su estirpe, organiza un ejército, depone a Urzababa y levanta una ciudad que dará nombre a su pueblo y a su imperio. Accad o Agadé. El nuevo dominador se da a sí mismo un nombre de significación política: Sargón (transcripción bíblica del acadio Šarrukenu, ‘rey verdadero’).

Otro mito rodea su infancia de ninbo portentoso: hijo de un «nómada de la montaña» y de una especie de vestal, viene al mundo en Azupiranu (¿la ciudad del azafrán?). En la necesidad de desprenderse del niño, su madre lo abandona en un cesto en aguas del río Éufrates. Un palmero lo recoge; lo cría como hijo y enseña su oficio. Sargón será jardinero, y así lo acredita la Lista de Reyes. Mas aquí viene de nuevo un agente sobrenatural, único modo de explicar su meteórica ascensión: la diosa Istar, prendada del muchacho, lo introduce en la corte de Kish, donde llega a copero del rey Urzababa. Un buen día, este le ordena realizar un acto que raya la impiedad, «cambiar las ofrendas de bebidas en el Esagila». Sargón desobedece y se hace todavía más obsequioso con la divinidad. Como consecuencia de ello el dios Marduk decide privar de su trono a Urzababa y dárselo a Sargón.

Pero el cambio de poderes no parece haber sido inmediato, pues entre los más interesados en la intriga median cinco reinados en Kish. Sería durante estos cuando Sargón construyó Accad, la capital de su principado.

Los hechos que le llevaron a la soberanía del país entero no pueden ordenarse en el tiempo, por falta de datos; pero guiándose por la lógica parece natural que el primer enemigo a eliminar fuese Lugalzagesi. De su guerra contra este sabemos que después de unas preliminares conversaciones y desafíos, Sargón tomó por sorpresa la ciudad de Uruk, derrotó dos veces a generales de su adversario, y en una tercera batalla venció y capturó al propio Lugalzagesi, que fue llevado prisionero al templo de Enlil en Nippur como testimonio de la complacencia de los dioses en el triunfo del nuevo señor. Ur, Lagash y otras ciudades que seguían a Lugalzagesi cayeron seguidamente a consecuencia de campañas que se describen con la misma o parecida fórmula «batalló con el nombre de X; lo derrotó; asestó el golpe a su ciudad y destruyó sus muros». Tras la toma de Lagaš, Sargón «lavó sus armas manchadas de sangre en el mar». La caída de Umma, último foco de resistencia puso en sus manos toda Sumer.

Tras la dominación del país, Sargón eleva sus miras al extranjero. La ruta de sus conquistas occidentales comienza en Tuttul (actual Kit, a unos 150 km al oeste de Bagdad); sigue con la toma de Mari y culmina con la anexión de Siria y el Líbano tras la conquista de Iarmuti (al sur de Byblos) y Ebla (cerca de Alepo) y alcanza el «bosque de los cedros» y las Montañas de Plata (Amanus). Fuentes posteriores como el texto que acompaña al Mapa babilónico del mundo (actualmente en poder del Museo Británico) añaden a todo esto una expedición erizada de peligros y obstáculos hasta la ciudad anatólica de Purushkhanda, en Capadocia, donde una corporación de mercaderes oprimida, recabó y obtuvo su protección.

La crónica tardía de las glorias y desventuras de Akkad, así como los llamados textos augurales (fórmulas para arúspices que citan ejemplos del pasado), arrojan una sombra amenazadora sobre el dorado colofón de la era sargónida. Según ellas, antes de concluir su reinado de 56 años, Sargón vio levantarse contra él a todos los pueblos de su imperio. La situación llegó al extremo crítico de que los acadios se vieron cercados en su capital; «pero Sargón salió al campo de batalla, los derrotó, los amontonó, y arrolló sus dilatadas huestes». La organización y administración del imperio se prestaba a esto levantamientos generales o parciales contra el poder central. Todos los sucesores de Sargón hubieron de afrontar el mismo problema, sin encontrar para él más solución que la fuerza de las armas.

Dos de sus hijos, Rimuš y Maništusu, le suceden. Por contradicciones de las fuentes todavía no se sabe cuál de ellos es el primero en reinar; parece ser que Rimuš, aunque no era el primogénito. Al comienzo de sus nueve años de gobierno, Rimuš sofoca una rebelión de las ciudades sumerias, capitaneada por Kaku, príncipe de Ur, y reconquista el territorio oriental de Warakhshe, aliado con Elam en su contra, como antes había estado en contra de su padre. Los botines de esta campaña debieron de ser inmensos, pues Rimuš repartió trofeos por todo el imperio. Pero sus triunfos militares no bastaron para mantenerlo en el trono mucho tiempo; una conspiración de sus cortesanos, a lo que no sabemos si su hermano fue ajeno o cómplice, lo hizo sucumbir.
Mapa de la extensión del Imperio acadio

Los comienzos del principado de Maništusu parecen haber transcurrido en calma, más tarde un levantamiento de dos de los inquietos territorios orientales, Anshan y Serikhum, lograron resistir el ataque de Maništusu; el rey enemigo fue llevado preso al templo del Sol, en Sippar. Ni Anshan ni Serikhum están localizadas con precisión, aunque figuran mucho en la historia del Elam (se ha supuesto situada cerca de Susa). Respecto a Serikhum se sabe menos, pero su problema interesa a la investigación pues una variante del texto dice «Anshan y la ciudad de Meluḫḫa» y se plantea que estuviese situada en el valle del Indo. Comprobada la intensa relación entre la cultura india de Mohenjo-Daro (en la actual Pakistán) y la mesopotámica, particularmente en la época de Akkad, el problema adquiere una dimensión extraordinaria, pues una entente entre Elam y el lejano valle del Indo rebasa las posibilidades consideradas tradicionalmente.

Naram-sin fue hijo y sucesor de Manishtusu, y nieto por tanto de Sargón. La historiografía mesopotámica posterior nosabía cual de los dos ―el nieto o el abuelo― era el más admirable. Se le atribuye un reinado de 37 años, pero con una cronología tan endeble como la de Sargón. Es patente que hubo de batallar a fondo, lo mismo en el oeste (Siria y Anatolia) que en oriente de sus dominios. Aquí sus más encarnizados enemigos fueron los guti y los lullubi, remotos antepasados tal vez de los actuales kurdos y luristaníes, que han conservado algo de nombres y mucho carácter de aquellos indómitos montañeses. Parece seguro que Naram-sin logró subyugar a estos y otros enemigos, pero también que al término de su reinado el imperio estaba tan débil que solo el puño férreo del monarca lograba mantenerlo unido. De todas maneras, con Naram-sin culmina el concepto acadio de monarquía. Cualquiera de sus medidas de gobierno pesaba tanto sobre el estado de sus súbditos, determinaba de tal manera las condiciones de su existencia, que no es de extrañar que se le considerase un dios. Naram-sin es, en defecto, el primer rey mesopotámico que antepone a su nombre el signo reservado hasta entonces a los dioses (dingir), y que consciente y a prueba de sus vasallos le invoquen como el "dios de Akkad". Él es también el primero que en soberbia afirmación de dominio universal, se titula "Rey de las cuatro partes (del Mundo)", Sumer y Akkad, Elam, Subartu (Alta Mesopotamia) y Amurru.

El hijo y sucesor de Naram-sin, es llamado Šarkališarri, que significa "rey de todos los reyes". Sin embargo, el primero de sus títulos oficiales, "Rey de Akkad", refleja una triste realidad de unos dominios mucho más exiguos que los de su padre. El imperio comienza a desmoronarse. En 25 años de reinado, Šarkališarri se jacta de haber detenido en Basar (actual Yebel-el Bishri) una invasión de amoritas procedentes de Siria, y de haber realizado victoriosas campañas contra Gutium, el país de los belicosos montañeses a quienes Naram-sin no había logrado mantener más que en precaria sujeción. Pero a pesar del pomposo lenguaje de las crónicas oficiales, los guti desencadenaron el ataque fatal para los acadios. Si la capital misma no fue destruida del todo, quedó en cierto grado tan mal parada que ni más tarde se conocía su emplazamiento y a día de hoy siguen sin haberse identificado sus ruinas. Los inventarios regios citan después de Šarkališarri algunos nombres de reyes fantasmales, y la Lista, siempre tan lacónica, se pregunta con triste retórica "¿quién era rey? ¿quién no era rey?"

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Código de Hammurabi

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Código de Hammurabi


El Código de Hammurabi es uno de los conjuntos de leyes más antiguos que se han encontrado y uno de los ejemplares mejor conservados de este tipo de documentos creados en la antigua Mesopotamia. Se basa en la aplicación de la ley del Talión, y es también uno de los más tempranos ejemplos del principio de presunción de inocencia, pues sugiere que el acusado o el acusador tienen la oportunidad de aportar pruebas.​ Fue escrito en 1750 a. C. por el rey de Babilonia Hammurabi,​ donde unifica los códigos existentes en las ciudades del imperio babilónico. Actualmente está conservado en el Museo del Louvre de París.

Entre otras recopilaciones de leyes se encuentran el Código de Ur-Nammu, rey de Ur (ca. siglo XXI a. C.), las Leyes de Ešnunna (ca. siglo XX a. C.) y el Código de Lipit-Ishtar de Isin (ca. siglo XIX a. C.).

Características

Estela de Hammurabi
Escrito en acadio para que pudiera ser leído por cualquier persona alfabetizada, su prólogo y el epílogo están redactados en un lenguaje más cuidado y con la finalidad de glorificar al dios babilonio Marduk o Shamash, y, a través de él, a su rey.

El rey ordenó que se colocara una copia de este código en la plaza de cada ciudad para que todo el pueblo conociera la ley y sus castigos, para lo cual el cuerpo de la ley se expresa en lenguaje claro, del pueblo. Comienza con la partícula "si" (proposición condicional), describe la conducta delictiva y luego indica el castigo correspondiente. Una de sus leyes establece la ley del Talión ("ojo por ojo, diente por diente").

Está redactado en primera persona y relata cómo los dioses eligen a Hammurabi para que ilumine al país para asegurar el bienestar de la gente. Proclama a Marduk como dios supremo, subordinando al panteón sumerio/acadio anterior.

Se puede interpretar también como una gran maniobra de propaganda política y ensalzamiento al rey, ya que aunque las leyes estaban fijadas, no se cumplían de manera sistemática (por ejemplo, en el caso de las ejecuciones o de los precios)​.

Historia

El rey de Babilonia Hammurabi (1722-1686 a. C. según la cronología breve o 1792-1750 a. C. según la cronología media) pensó que el conjunto de leyes de su territorio tenía que escribirse para complacer a sus dioses. A diferencia de muchos reyes anteriores y contemporáneos, no se consideraba emparentado con ninguna deidad, aunque él mismo se llama «el favorito de las diosas».

El Código de Hammurabi fue colocado en el templo de Sippar; así mismo se colocaron otros ejemplares similares a lo largo y ancho del reino. El objetivo de este código era homogeneizar jurídicamente el reino de Hammurabi. Dando a todas las partes del reino una legislación común, se podría controlar al conjunto con mayor facilidad.

Durante las diferentes invasiones de Babilonia, el código fue trasladado, hacia el 1200 a. C., a la ciudad de Susa (Elam), actualmente en el Juzestán (Irán). En esta ciudad fue descubierto por la expedición que dirigió Jacques de Morgan, en diciembre de 1901. Fue llevado a París, Francia, donde el padre Jean-Vincent Scheil tradujo el código al francés y fue estudiado por Georg Friedrich Grotefend. Posteriormente, el código se instaló en el Museo del Louvre, donde se encuentra en la actualidad en París.

Aspecto

Parte superior de la gran estela
Está grabado en una estela de diorita de 2,25 metros de altura por 50 cm en su zona más ancha. En la zona superior está representado Hammurabi en bajorrelieve, de pie, delante del dios solar de la equidad en Mesopotamia, Shamash, deidad principal de la ciudad sumeria de Larsa, o tal vez Marduk, dios de Babilonia. Debajo aparecen, inscritos en caracteres cuneiformes acadios, las leyes que regían la vida cotidiana.

Leyes

Las leyes y normas, numeradas del 1 al 282 (aunque faltan los números 66-99 y 110-111), están escritas en babilonio antiguo y fijan diversas reglas de la vida cotidiana. Norman particularmente:

  • La jerarquización de la sociedad. Existen tres grupos, los hombres libres o awilum, los muškenum (quienes se especula podrían ser siervos o subalternos, semilibres) y los esclavos o wardum.
  • Los precios. Los honorarios de los médicos varían según se atienda a un hombre libre o a un esclavo.
  • Los salarios. Varían según la naturaleza de los trabajos realizados.
  • La responsabilidad profesional. Un arquitecto que haya construido una casa que se desplome sobre sus ocupantes y les haya causado la muerte es condenado a la pena de muerte.
  • El funcionamiento judicial. La justicia la imparten los tribunales y se puede apelar al rey; los fallos se deben plasmar por escrito.
  • Las penas. Aparece inscrita una escala de penas según los delitos y crímenes cometidos. La base de esta escala es la ley del Talión.
Se tratan también el robo, la actividad agrícola (o pecuaria), el daño a la propiedad, los derechos de la mujer, los derechos en el matrimonio, los derechos de los menores, los derechos de los esclavos, homicidio, muerte y lesiones. El castigo varía según el tipo de delincuente y de víctima.

Las leyes no admiten excusas ni explicaciones en caso de errores o faltas; el Código se ponía a la vista de todos, de modo que nadie pudiera alegar ignorancia de la ley como pretexto. Cabe recordar, sin embargo, que eran pocos (escribas en su mayoría) los que sabían leer y escribir en aquella época.

Dioses mencionados

En el Código de Hammurabi aparecen citados diferentes divinidades mesopotámicas, entre las que aparecen Anum, padre de todos los dioses​ Enlil, señor de los cielos y de la tierra,​ y Marduk,soberano de los hombres y los países​ y primogénito de Enki.

Aparte de estos dioses aparecen otros, por ejemplo Shamash, el titular de la justicia,​ que dictó las leyes y aseguró el bienestar de la gente.

Juicios sobre el código

Pese a que el enunciado «ojo por ojo, diente por diente» se suele ver como la inspiración del Código, lo cierto es que el mismo tiene además artículos muy alejados de ese concepto. Es verdad que en algunos casos la ley opta por el Talión y establece que debe hacerse lo que el agresor le hizo a la víctima (es el caso de los artículos 196 -el ojo-, 197 -el hueso- y 200 -el diente-), pero esta visión es imperfecta y depende de las circunstancias y, principalmente, de la condición de los involucrados. Además, cabe decir que la mayor parte del Código simplemente establece indemnizaciones o penas graves, girando alrededor de temas distintos al famoso Talión. Así que el prisma negativo puesto sobre la Antigua Sumeria por la visión simplista de este concepto es, analizado desde este punto de vista, injustificado.
Detalle de la escritura cuneiforme
Se puede decir que el Código está inspirado por un alto sentimiento de orden. Por ejemplo, se fija la responsabilidad mutua del amo y del obrero; este último tiene que recibir un salario mínimo y tres días de vacaciones cada mes, una muestra de la sistematizada y estructurada sociedad que reflejan estas "leyes".

En el código no se distingue entre derecho civil y penal, es decir, se dan leyes que regulan los asuntos de la vida cotidiana y leyes que castigan los delitos. Se regulan el comercio, el trabajo asalariado, los préstamos, los alquileres, las herencias, los divorcios, la propiedad, las penas por delitos de robo, asesinato, etc.

El texto del código también les sirve a los historiadores para saber cuáles eran los delitos más frecuentes en la época, pues un delito previsto será un hecho que acontece con relativa frecuencia (algunas faltas penadas son el adulterio, la difamación, la prevaricación de un juez y el incesto). En las penas aplicadas a cada transgresión se distingue si hay intencionalidad o no, y cuál es la "categoría" de la víctima y del agresor. Así, la pena es mayor si se ha hecho adrede y menor si ha sido un accidente; mayor si la víctima es un hombre libre y menor si es un esclavo.


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IMPERIO AZTECA

Organización militar

La expansión del dominio azteca fue resultado de su organización militar, del valor de sus soldados en las batallas y de la habilidad de sus gobernantes, quienes inicialmente se apoyaron en la Triple Alianza. Aprovecharon las divisiones que existían entre sus adversarios y convencieron de forma coercitiva a muchos altépetl (señoríos) que les convenía más ser vasallos de Tenochtitlan que enfrentarse a los riesgos terribles de una guerra. Por lo general, la mayoría de altépetl circundantes a México-Tenochtitlan aceptaron pagar tributo a los mexicas y conservaron la administración a cargo de la nobleza local, que debía rendir cuentas ante los gobernantes de la capital. En ciertos lugares ventajosamente situados, los mexicas establecieron fortalezas y guarniciones que vigilaban los territorios dominados y la seguridad de las rutas comerciales, como en Oztoman cerca de los purépechas, Zozolan con los mixtecas, Xoconochco y en los límites con los señoríos totonacas. Solo algunas regiones conflictivas fueron gobernadas directamente por funcionarios nombrados en Tenochtitlan con atribuciones políticas y militares.

Expansión del Imperio azteca
Los comerciantes fueron una especie de fuerza de espionaje pues analizaban al enemigo en sus ciudades así tiempo después llegaban los ejércitos aztecas de invasión. Cuando había resistencia no se detenían hasta conquistar la zona salvo algunas excepciones, o también se anexaban al imperio por medio de matrimonio arreglados entre las dos noblezas la cual era sumamente raro que ocurriese.

Los tributos llegaban a Tenochtitlan de todas las regiones del imperio: alimentos, tejidos, artículos preciosos, y también seres humanos cautivos destinados al sacrificio. Esa riqueza convirtió a México-Tenochtitlan en una ciudad deslumbrante.

Conquistas y pueblos tributarios de los mexicas

Después de 20 años de haber llegado a la Cuenca del Valle del Anáhuac hoy Valle de México, a partir de la derrota de Azcapotzalco, los mexicas iniciaron una serie de conquistas sin precedentes en América. Como se consigna en la Matrícula de Tributos, los pueblos sometidos tenían que pagar diversos tributos: maíz, frijol, amaranto, chía, mantas y telas, copal, liquidámbar, sal, trajes militares, productos que se elaboraban en la región, y contribuir con hombres para la guerra.

Mexicas en Chiapas

De esta región lo que se extraía no eran solo productos del campo y del mar, sino también muy posiblemente ámbar, pues es el único estado de la República donde se le encuentra. También se capturaban quetzales y guacamayas rojas y verdes para extraerles sus plumas y elaborar vistosos trajes y penachos de la realeza y otros objetos suntuarios.

Para 1486 conquistan a los zoques, cobrándoles tributo, pero al no poder conquistar a los chiapanecos se ven en la necesidad de regresar a la costa y continuar su marcha a las tierras altas de sierra de los Cuchumatanes en Guatemala.

En 1524 regresan junto con ejércitos tlaxcaltecas comandados por españoles conquistando este territorio. Como premio a la conquista de este territorio les permiten fundar un barrio en Ciudad Real, el actual San Cristóbal de las Casas, que hasta la fecha existe.

Mexicas en Oaxaca

Hacia 1458 los mexicas inician campañas expansionistas bajo los reinados de Tizoc, Ahuizotl y Moctezuma y con ello la decadencia de los mixtecos, que ocupaban hasta Tuxtepec.

De aquí también se llevaba al imperio el cacao, junto con el maíz y otros productos de esta provincia. Además de que se extraían de aquí también productos del mar como conchas marinas, pescados, mariscos y trozos de coral. Pero por lo que mayormente fue conocido fue por la gran habilidad que tenían de trabajar los metales como el oro, plata y platino. Habilidades que los aztecas, con el tiempo pudieron replicar y mejorar, aunque en sus inicios les enseñaron los mejores maestros de Mesoamérica. Aunque las herramientas que usaban para trabajar los metales no parecían muy modernos podían hacer grandes obras de arte con los metales preciosos.

Mexicas en Guerrero

Para el siglo XIV en el estado, se encontraban ya asentados en el territorio de la entidad diversos pueblos con sus características culturales propias, conviviendo algunos de manera pacífica y otros en constantes conflictos bélicos. Entre los más importantes estaban los purépechas, cuitlaltecas, ocultecas y matlatzincos, en la Tierra Caliente; los chontales, mazatlecos y tlahuicas en la Sierra Norte; los coíxcas y tepuztecos en los Valles Centrales; los tlapanecos y los mixtecos en La Montaña; los jopis, mixtecos y amuzgos en la Costa Chica, y los tolimecas, chubias, pantecas y cuitlaltecas en la Costa Grande.

De estos lugares se extraían productos muy parecidos a los que se extraían de Veracruz. Pero en menor medida ya que esta zona no tenía la misma importancia, aunque de aquí se extraía el oro y la plata que tanto apreciaban los aztecas. Junto con los artesanos que la trabajaban, prácticamente todo el estado fue conquistado por los aztecas y aquellos lugares que se resistieron hicieron un pacto similar al de los aztecas con los tlaxcaltecas.

En el estado de Guerrero habitaron los yopes, una tribu que nunca fue sometida por los aztecas, y fue conquistada hacia 1553 por los españoles y exterminada casi totalmente; en fecha de 2004, solo quedan algunas pequeñas congregaciones de yopes.

Mexicas en Puebla

Puebla fue una provincia de los aztecas de la cual salían productos que servían para alimentar a la población. Debido a esto, Puebla fue atacada en varias de sus ciudades no solo por ser quien proveía la mayoría de los alimentos y materias con que se comerciaban, sino también por ser todas sus ciudades fieles al imperio. Al ser lugares donde los aztecas podían obtener alimentos y hombres para la batalla, estas ciudades se convertían en un enemigo potencial. Debido a esto la ciudad de Cholula fue atacada con el pretexto de haber asesinado a un enviado de los tlaxcaltecas.

En las Sierra Negra de Puebla se comerciaba principalmente con la capital las flores que están muy apreciadas y a la región que proveía de estas flores era conocida por sus colinas verdes y que tocaban las nubes.

Mexicas en Tlaxcala

Objetivos económicos y estrategia militar en el imperio azteca
A la llegada de los españoles a Tlaxcala, los aztecas llevaban imponiendo un bloqueo comercial sobre los tlaxcaltecas desde hacía 60 años. Pero eso no siempre fue así, ya que los tlaxcaltecas antes ya habían ayudado a los aztecas a derrotar a los tepanecas, que en ese entonces controlaban el centro de México. Después de haber derrotado al enemigo, los aztecas tomaron el control y los tlaxcaltecas se rebelaron. A esto los aztecas respondieron con un bloqueo comercial. Para lograr ser liberados del bloqueo, negociaron un acuerdo mediante el cual se les permitía conservar su independencia a cambio de que participaran en las guerras floridas.

Con este trato, Tlaxcala no pagaba ni tributos, ni cedía su gobierno si participaba en estos eventos, que servían a los aztecas para entrenar a sus ejércitos. Además de que proveía de víctimas para los sacrificios humanos, manipulaba a los tlaxcaltecas, evitando el aumento de la población e infundiendo miedo para evitar que se rebelaran.

Mexicas en Veracruz

Los mexicas fueron los últimos en llegar a Mesoamérica. Pero a pesar de ello en 1325 se establecieron en la cuenca del valle de México y fundaron la Ciudad de México-Tenochtitlan. Progresaron rápidamente, se hicieron poderosos y conquistaron otros pueblos. Influyeron en la lengua y la cerámica ceremonial. Los mexicas tenían guarniciones para controlar sus dominios y almacenes para los tributos. Algunos de sus puestos de vigilancia en Veracruz estaban en Xalapa, Jalcomulco, Huatusco y Coscomatepec, una de las primeras poblaciones de los mexicas en Veracruz fue Ixtaczoquitlán, ya que en el año que se creó fue en el año 1300. De aquí se enviaron tributos como pescados que comía el emperador junto con conchas marinas. También servían estas de ofrenda a los dioses.

Los mexicas lograron controlar gran parte del actual estado de Veracruz. De aquí se proveía a la capital con productos tropicales además de pescados y trozos de arrecifes. Posiblemente hubo puertos prehispánicos para recibir producto de todo el golfo de México. Como llegó a decir Cristóbal Colón que había visto una canoa cargada con mercancía muy extravagante.

Mexicas en Tabasco

Aquí los aztecas se limitaron a construir un campamento comercial, el cual era el medio de contacto entre el Imperio azteca y los reinos fragmentados de los mayas. En este campamento los antiguos comerciantes aztecas viajaban para obtener algunas de las materias más valoradas, por la lejanía desde donde se traían y la dificultad.

El campamento tenía solo una pequeña guarnición de soldados que eran para proteger a los aztecas que ahí se encontraban. Este lugar también servía para un intercambio cultural.

Mexicas en Michoacán

El actual territorio del estado México fue el principal y mayor tributario de maderas, carnes y vegetales del Imperio azteca. Y de donde se obtuvo parte de lo que fue la cultura azteca. Que según se inspiraron de los teotihuacanos y toltecas.

Aunque con Chalco se tuvieron roces pues ellos se resistían a ser sometidos pero sin tener grandes consecuencias, pues siempre eran de nuevo sometidos.

Referente a la hidrografía, lo que hoy son el estado de México y el Distrito Federal compartías el sistema de lagos de la cuenca del valle de México o de Anáhuac los cuales eran los lagos de Zumpango, Xaltocan, Texcoco y Chalco.

Mexicas en la Ciudad de México

En el siglo XIV, después de una peregrinación de más de un siglo, los aztecas llegaron a la cuenca del valle de Anáhuac (o valle de México) para asentarse primero en sus orillas y después en un islote de donde salieron para crear su imperio. Cuando llegaron eran conocidos como «aztecas», que quiere decir «los que vienen de Aztlán», que significa «lugar de garzas». Cuando por fin se establecieron, recibieron el nombre de «mexicas», que, según algunos autores, quiere decir «Hijos de la Luna» —por extensión del significado de la palabra Mexihco; de MEtztli («luna»), XIctli («ombligo») y CO («lugar»), es decir: «El lugar del ombligo de la luna».

Mexicas en Morelos

Los aztecas obtenían de esta región, en su mayoría, productos del campo. De otros lugares obtenían productos tropicales, aunque en esta zona el clima hacía posible además cultivar el árbol del cacao.

Mexicas en Hidalgo

Cerca del siglo XII d. C. los aztecas, procedentes de Aztlán, se establecieron en Tula, antes de seguir por Atlitlalaquia y Apizaco. Posteriormente Tula fue reverenciada por los habitantes tenochcas.

De las zonas sometidas venían las fibras de maguey de la más alta calidad.

Mexicas en Guatemala

Los únicos lugares que se conoce hasta el momento que fueron conquistados por los mexicas en el actual suelo guatemalteco son los departamentos de la montaña, costa y zona fronteriza con México.


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IMPERIO AZTECA

Organización social

La sociedad se dividió en veinte clanes llamados calpullis, donde la religión influía de un modo preponderante, constituidos por grupos de personas vinculadas por parentesco, divisiones territoriales, la advocación a un dios en particular y continuación de antiguas familias unidas por un lazo de parentesco biológico y religioso que derivaba del culto al dios titular.

Cada clan contaba con tierras, un templo y un jefe o calpullec. Se dividían en tres clases; nobles, gente común y esclavos.

Nobles (pīpiltin)

Los pīpiltin ([pī]pil-tin, «nobles», es una forma de plural formada por reduplicación a partir del singular: pil-li, «noble»)​ eran la élite dirigente que controlaba tanto el gobierno, como la religión. Pagaban tributos y tenían tierras propias que eran trabajadas por los campesinos.

Gente común (Mācēhualtin)

A este grupo de la gente común (mācēhualtin) pertenecían los artesanos, los comerciantes y los campesinos o el simple pueblo. Pero estos eran la base de todos los aztecas por que sin ellos se derrumbaría el pueblo.

Esclavos (Tlātlācohtin)

Los tlātlācohtin (forma plural de tlācohtli, «esclavo») eran prisioneros de guerra, personas que habían cometido un delito o bien personas con grandes deudas a las que no les era posible pagar a corto plazo y se autoempleaban como sirvientes de aquellos a quienes les debían.

Organización económica

Organización Social Azteca
La economía era próspera. En primer lugar, su control sobre los otros pueblos les permitía contar con abundante mano de obra. La organización económica azteca estaba regida por el calpulli, un grupo de familias a las cuales se les asignaba una cantidad de tierras para trabajarla, de forma que la producción se repartía entre las familias, el Estado, los sacerdotes y el jefe del calpulli. Por otra parte, el cobro de tributo hizo que los aztecas tuviesen abundancia de materias primas y productos. Otro factor que posibilitó la prosperidad fue la utilización de avanzadas técnicas agrícolas. Tenochtitlan, capital de los aztecas, estaba construida en una isla en el centro del lago Texcoco. Los aztecas usaron el sistema de cultivo conocido como chinampas, y con este sistema llevaban la tierra al agua. Lo hacían de la siguiente manera: clavaban cuatro estacas de ahuehuete en las tierras pantanosas y formaban un rectángulo. Lo llenaban con varas y tiras de pasto y lo cubrían con lodo; las estacas arraigaban y retenían la tierra en los bordes. La chinampa absorbía el agua del lago y el lodo servía de abono; de este modo sembraban varias veces al año. También construyeron terrazas de cultivo en las zonas montañosas. Usaban abonos vegetales y animales.

Comercio

El comercio de los aztecas se basaba principalmente en el trueque. Además que posiblemente habrían existido ferias en el imperio al igual que en el imperio incaico. Normalmente los comerciantes mexicas (pochtecas) intercambiaban productos de Tenochtitlan y alrededores para conseguir productos de lujo de las otras ciudades y naciones. Por la cantidad de población y los datos indirectos se cree que Tenochtitlan en su época de esplendor era el mercado más grande del mundo, y se ubicaba en la plaza central de Tlatelolco comercializaban con esclavos, prisioneros de guerra, cacao, frutas exóticas, etc.

La generación de excedentes, producto del cultivo de chinampas, permitió el desarrollo del comercio de artículos artesanales. Intercambiaban objetos labrados en oro y plata, cerámica, adornos de plumas y tejidos de algodón.

Industrias

Minería

La obsidiana (piedra cristalina de origen volcánico) se obtenía de la Sierra Madre Sur y Occidental y se empleaba para elaborar armas y objetos cotidianos (cuchillos, platos, collares).

Textilería

Industria de gran importancia entre los habitantes del imperio azteca, la cual tenía entre sus principales productos la fabricación de tejidos de algodón y fibra de maguey.

Rituales: Los sacerdotes arrancaban el corazón del prisionero para que su sangre bañara el suelo, pues se suponía que aumentaba la fertilidad de la tierra y la probabilidad de lluvia. 

Los aztecas elegían su propio emperador, que era también su pueblo. Se le dotaba de estatus divino y se decía que podía comunicarse con los dioses.


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IMPERIO AZTECA

Gobernantes

TenochtitlanTexcocoTlacopan
Huetlatoani
  • Acamapichtli, r. 1367–1387
  • Huitzilíhuitl, r. 1391–1415
  • Chimalpopoca, r. 1415–1426
  • Itzcōhuātl, r. 1427–1440
  • Moctezuma Ilhuicamina, r. 1440–1468
  • Axayacatl, r. 1469–1481
  • Tizocic, r. 1481–1486
  • Āhuizotl, r. 1486–1502
  • Motēuczōma Xocoyotzin, r. 1502–1520
  • Cuitláhuac, r. 1520
  • Cuauhtémoc, r. 1521–1524
Cihuacoatl
  • Tlacaélel, r. c. 1426–1487
  • Tlilpotonqui, r. 1487–1503
  • Tlacaeleltzin Xocoyotl, r. 1503–1520
  • Matlatzincatzin, r. 1520
  • Tlacotzin, r. 1521–1524
    • Tlacontzin was baptised don Juan Velásquez and made ruler under Cortés, r. 1524–1526
Huetlatoani
  • Quinatzin Tlaltecatzin, r. ?
  • Techotlalatzin, r. 1357 or 1377–1409
  • Ixtlilxochitl Ome Tochtli, r. 1409–1418
  • Nezahualcóyotl, r. 1431–1472
  • Nezahualpilli, r. 1473–1515
  • Cacamatzin, r. 1516–1520
  • Coanácoch, r. 1521–1524
  • Tecocoltzin, r. 1524–1525
Huetlatoani
  • Aculnahuacatl Tzaqualcatl, r. c. 1400–1430
  • Totoquihuaztli I, r. c. 1430–1469
  • Chimalpopoca, r. 1469–1489
  • Totoquihuaztli II, r. 1489–1519
  • Tetlepanquetzaltzin, 
Lista de los huey-tlatoani mexicas

NombreFecha de nacimientoReinadoSucesor
Acamapichtli13471366-1391Huitzilíhuitl
Huitzilíhuitl13791391-1417Chimalpopoca
Chimalpopoca-1417-1427Itzcóatl
Itzcóatl13811427–1440Moctezuma Ilhuicamina
Moctezuma Ilhuicamina13981440-1469Axayácatl
Axayácatl1430?1469-1481Tízoc
Tízoc1436?1481-1486Ahuitzotl
Ahuitzotl14681486-1502Moctezuma Xocoyotzin
Moctezuma Xocoyotzin14661502-1520Cuitláhuac
Cuitláhuac14761520Cuauhtémoc
Cuauhtémoc14961520-1525-

Estructura provincial

Originalmente, el imperio azteca era una alianza suelta entre tres ciudades: Tenochtitlan, Texcoco y el socio más joven, Tlacopan. Como tales, eran conocidos como la 'Triple Alianza'. Esta forma política era muy común en Mesoamérica, donde las alianzas de ciudades-estado fluctuaban siempre. Sin embargo, las horas extraordinarias fue Tenochtitlan, que asumió una autoridad primordial en la alianza, y aunque cada ciudad socia compartió los despojos de guerra y los derechos a los tributos regulares de las provincias y fue gobernada por su propio Huetlatoani, fue Tenochtitlan el que se convirtió en el más grande, el más poderoso, Y el más influyente de las tres ciudades. Fue el centro de imperio de facto y reconocido.

Moctezuma Xocoyotzin
Aunque no fueron descritos por los aztecas de esta manera, había esencialmente dos tipos de provincias: Tributaria y Estratégica. Las provincias estratégicas eran esencialmente estados clientes subordinados que proporcionaban tributo o ayuda al estado azteca bajo "consentimiento mutuo". Las provincias tributarias, por otro lado, proporcionaban un tributo regular al imperio; Las obligaciones de las provincias tributarias eran obligatorias en lugar de consensuales.

Organización del Imperio Azteca
La Triple AlianzaProvincias
  • Tenochtitlán, la moderna ciudad de México.
  • Texcoco, moderno municipio de Texcoco.
  • Tlacopan, también moderna ciudad de México.
Provincias TributariasProvincias Estratégicas
  • Atotonilco de Pedraza
  • Atotonilco del Grande
  • Axocopan
  • Cihuatlan
  • Coixtlahuaca
  • Cotaxtla
  • Cuahuacan
  • Cuauhnāhuac, moderna Cuernavaca
  • Cuilapan
  • Huatusco
  • Huaxtépec
  • Malinalco
  • Ocuilan
  • Oxitipan
  • Quiauhteopan
  • Soconusco
  • Tepeaca
  • Tepecoacuilco
  • Tlachco
  • Tlacozauhtitlan
  • Tlapacoyan
  • Tlapan
  • Tlatlauhquitepec
  • Tlaxiaco
  • Tochpan
  • Tochtepec
  • Toluca
  • Tzicoac
  • Xilotepec
  • Xocotilan
  • Yoaltepec
  • Acatlan
  • Ahautlan
  • Ayotlan
  • Chiapan
  • Chiauhtlan
  • Cuauhchinanco
  • Huexotla
  • Ixtepexi
  • Ixtlahuaca
  • Miahuatlan
  • Misantla
  • Ocuituco
  • Tecomaixtlahuacan
  • Tecpantepec
  • Temazcaltepec
  • Teozacoalco
  • Teozapotlán
  • Tetela de Río
  • Tetela
  • Xalapa
  • Cēmpoalātl, o Zempoala
  • Zompaynco
Elección de los cargos públicos

Los cargos públicos fueron designados por la nobleza de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan. Por lo regular elegían de una línea de sangre dominante.

Sistema judicial

Los principales tribunales judiciales se establecieron en México-Tenochtitlan y en Texcoco, en donde debían dirimirse los pleitos territoriales y criminales que no tenían solución con la justicia local y administrativa cada uno de los altépetl. Una estructura similar se conservó en las poblaciones indígenas después de la Conquista de México.

Tribunales mexicas

Los aztecas tenían una organización judicial jerarquizada, que variaba del tecutli, especie de juez de elección popular, para un lapso de un año, competente para conocer de negocios menores, hasta un tribunal de tres jueces vitalicios, diríamos hoy profesionales, designados por el cihuacóatl. Las resoluciones podían ser reclamadas, apeladas con mejor técnica jurídica, ante el tribunal del rey. En Texcoco la justicia era administrada en el palacio real, que contenían tres salas con un total de doce jueces designados por el monarca, quienes podían apelar; asistido de dos o tres nobles. Además funcionaban jueces de menor grado, distribuidos por todo el territorio. También hubo tribunales de comercio encargados de resolver litigios surgidos en los mercados (llamados tianguis). El procedimiento era oral y a veces se documentaba mediante jeroglíficos.


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IMPERIO AZTECA

Gobierno

El Estado mexica fue una teocracia encabezada por el huey-tlatoani, gobernante máximo electo por un consejo integrado por representantes de los veinte grupos de personas emparentadas o clanes en que se dividía la sociedad. Cuando el tlatoani debía tomar decisiones fundamentales, por ejemplo la declaración de la guerra, deliberaba con algunos asesores. El más importante fue el Cihuacóatl, quien colaboraba con él en el gobierno y lo reemplazaba en caso de ausencias. En los niveles inferiores había muchos funcionarios; entre ellos, los jueces encargados de vigilar el cumplimiento de las normas y los guardianes de los depósitos de armas.

Organización política

La figura política principal era el tlatoani (tlahtoāni, «orador»), una especie de monarquía hereditaria, de descendencia tolteca, que gobernaba con un consejo de nobles prominentes. El Huey Tlatoani (huēy tlahtoāni, «gran orador») o Tlacatecutli (tlācatēuctli, «señor de los hombres») era el máximo gobernante. Se le consideraba representante de los dioses. Otros altos mandatarios eran:

- El Cihuacóatl era una especie de "coemperador". Se encargaba de la administración tributaria, los asuntos religiosos y las apelaciones judiciales.

- El Tlacochcálcatl y el Tlacatécatl eran jefes del ejército.

- El Huitzncahuatlailótlac y el Tizociahuácatl eran jueces principales.

- Un Tlatoque (tlahtoqueh, «que tiene derecho a hablar/mandar») era gobernador de una provincia.

- Un Tecutli (tēuctli, «señor») era el juez y supervisor del pago de tributos en las provincias.

Estructura de dominio

Los aztecas y sus aliados establecieron su dominio sobre numerosos pueblos, especialmente en el centro de México, la región de Guerrero y la costa del golfo de México, así como algunas zonas de Oaxaca. Poseían además enclaves en varias posiciones estratégicas en la región de Tabasco (Xicalanco) y dominaban la ruta entre el corazón de Mesoamérica y la rica región del Xoconochco —ubicadas en el sur del actual Estado mexicano de Chiapas— que era regida directamente por los mexicas.

Los mexicas expandieron su control económico, principalmente mediante tributación, a través de una amplia región del actual centro de México, con excepciones importantes de control político en altépetl disidentes o fronterizos. Formalmente, se trataba de un conjunto de dominios inicialmente regidos de los tres estados integrantes de la Triple Alianza Texcoco, Tlacopan y México-Tenochtitlan, aunque es verdad que los mexicas de Tenochtitlan encabezaron esta confederación y fueron el estado más expansionista de los tres mencionados. Por otra parte, los mexicas nunca establecieron un dominio directo sobre los pueblos conquistados.

Huitzilopochtli
Exactamente, la élite gobernante de la Triple Alianza se apropiaba de la producción de las otras naciones mesoamericanas mediante la imposición de un tributo, que era fijado de acuerdo con la especialización económica y geográfica de los dominados y recolectado por un calpixque, o recaudador. Los dominadores no impusieron su religión ni su lengua a los dominados. Aunque es cierto que los estados sometidos no tenían independencia política total, seguían gobernados por grupos locales. Solo en algunos casos, los mexicas establecieron un control militar en ciertos puntos estratégicos de sus dominios.

El modo en que los mexicas impusieron su dominio sobre otros pueblos mesoamericanos fue diverso, no ajustándose a una estructura imperial tradicional como en las monarquías europeas. Aunque se suele señalar el carácter militar de varias conquistas mexicas, también establecieron una complicada red de alianzas matrimoniales con las élites locales para asegurar la lealtad hacia el poder de México-Tenochtitlan. Tal fue el caso, por ejemplo, de los zapotecos del istmo de Tehuantepec. El dominio del Estado mexica en Mesoamérica no fue total. Varios estados mesoamericanos fueron capaces de resistir el empuje de los tenochcas y sus aliados, entre ellos los popolocas de Teotitlán del Camino, los tlapanecos de Yopitzinco, el señorío de Metztitlán (norte de Hidalgo), los mixtecos de Tututepec, la confederación Tlaxcalteca y el estado tarasco de Michoacán. De sobra es conocido que los tlaxcaltecas eran enemigos acérrimos de los mexicas, que les habían impuesto la obligación de participar de la Xochiyáoyotl a cambio de su independencia. Tampoco debe dejar de mencionarse que los mexicas nunca pudieron derrotar a los tarascos, y que la presencia de este pueblo impidió la expansión de sus dominios hacia el occidente.

El fin del régimen de dominio internacional de los mexicas y sus aliados en Mesoamérica concluyó con la Conquista española de México-Tenochtitlan. En este suceso, que se suele tomar como punto final del desarrollo independiente de la civilización indígena mesoamericana, participaron no solo los expedicionarios europeos, sino, decisivamente, sus aliados indígenas provenientes de numerosas naciones tributarias de la Triple Alianza que vieron en los recién llegados una oportunidad de poner fin al dominio tenochca.

Gobernantes mexicas

El nombre Huey tlatoani es una expresión náhuatl usada para denominar a los gobernantes (tlahtoāni significa «orador») de México-Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, que ejercían su poder sobre el valle de México. Narra la tradición que a la muerte del caudillo Tenoch los aztecas consideraron necesario emular en su organización política y social a los pueblos vecinos de linaje Tolteca y rogaron al señor de Culhuacán que les diera un huey tlatoani «Acamapichtli», que quiere decir «el que empuña la caña», quien hacia el año 1375 se convirtió en el primer huey-tlatoani de México-Tenochtitlan.

Lista de tlatoanis mexicas antes de reorganizar su gobierno:

Ténoch
NombreReinado
Tozcuecuextli1233-1272
Huehue Huitzilíhuitl1272-1299
Ilancueitl1299-1347
Ténoch1347-1366




Esquema de Jerarquía


Ejecutivo y Militar

- Huetlatoani, la regla suprema o externa

- Cihuacoatl, el gobernante menor o interno

- Council of Four, un cuerpo consultivo de generales y fuente de futuro Huey Tlatoani
  • Tlacochcalcatl
  • Tlacateccatl
  • Ezhuahuacatl
  • Tlillancalqui
  • Sociedades militares
  • Cuachicqueh, o Shorn Ones
  • Cuāuhtli, o los Caballeros del Águila
  • Ocēlōmeh, o Guerreros Jaguar
  • Otōntin, o Otomies

Sistema de Tributo

- Petlacalcatl, cabeza central del tributo

- Huecalpixque, supervisores provinciales de tributo

Calpixque, pares de administradores tributo

Sistema Judcial

- Corte Suprema

- Tribunales Especiales

- Tribunales de Apelación

- Tribunales de Pochteca

- Agentes de Pochteca

Sistema Provincial

- Tlatoani, un gobernante subordinado de una provincia, de lo contrario regido por un:

- Cuauhtlatoani, un gobernador militar

- Jefes de las salas de Calpulli

- Jefes de familia dentro de las salas de calpōlli que sirvieron como trabajo de parto


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