Reino nazarí de Granada

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Reino nazarí de Granada

El Reino nazarí de Granada, también conocido como Emirato de Granada o Sultanato de Granada,​ fue un Estado musulmán situado en el sur de la península ibérica, con capital en la ciudad de Granada, que existió durante la Edad Media.

El reino fue fundado en 1238 por el noble nazarí Mohamed-Ben-Nazar, aunque originalmente tenía su centro de poder situado en Jaén. Unos años después el monarca nazarí trasladó su corte a Granada, alrededor de la cual organizó su nuevo estado. El reino sobrevivió en esta precaria situación gracias a su favorable ubicación geográfica, tanto para la defensa del territorio como para el mantenimiento del comercio con los reinos cristianos peninsulares, con los musulmanes del Magreb y con los genoveses a través del Mediterráneo, lo que hizo que tuviera una economía diversificada.

Vista de la Alhambra de Granada,
el lugar donde residía el rey del Reino Nazarí de Granada.
Sin embargo, fue perdiendo territorios paulatinamente frente a la Corona de Castilla, hasta su definitiva desaparición tras la Guerra de Granada, mantenida entre 1482 y 1492. El reino nazarí de Granada sería el último Estado musulmán de la península ibérica, la antigua al-Ándalus. Su último rey fue Muhámmad XII (conocido como Boabdil el Chico), derrocado por los Reyes Católicos, que se vio obligado a rendir Granada el 2 de enero de 1492. Tras esto fue definitivamente incorporado a la Corona de Castilla como Reino de Granada.

Historia

Origen e inicios

Tras la derrota almohade en 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa, comenzó a tomar importancia en el sureste de al-Ándalus la dinastía nazarí, linaje de origen árabe, cuyo fundador fue Alhamar "el Rojo", quien se proclamó sultán en 1232, siendo reconocido como tal por las oligarquías de Guadix, Baza, Jaén, a lo que se unió la anexión de la Taifa de Málaga en 1238, o la sumisión de Almería. En 1234 se declaró vasallo del poder de Córdoba, pero en 1236 Fernando III conquistó dicha ciudad y Alhamar se hizo vasallo del rey castellano, lo que le permitió conservar su independencia. En 1238 Alhamar amplió sus dominios conquistando Granada, pero en 1246 Fernando III le arrebató Jaén, para consolidar sus conquistas en el valle del Guadalquivir, lo que obligó a Alhamar a firmar el Pacto de Jaén, en el que reconocía al monarca castellano como señor de aquel territorio y quedaba obligado a pagarle parias para conseguir paces de veinte años.

Al compás en que finalizaban las conquistas de Fernando III en el Valle del Guadalquivir, tuvieron lugar algunas sublevaciones mudéjares, como fueron la Rebelión o Revuelta mudéjar de 1264,​ en el Reino de Sevilla, así como los mudéjares del reino de Murcia, ambos de muy reciente incorporación a la Corona de Castilla.​ A pesar del apoyo militar granadino, la mayor parte de la población mudéjar del Valle del Guadalquivir fue expulsada tras la represión y se desplazó al Reino nazarí. Hubo una segunda gran revuelta mudéjar en la Corona de Aragón (principalmente, en el reino de Valencia) en 1276 (prolongada hasta 1304),​ en la que la caballería granadina intervino en apoyo de los mudéjares sublevados.​ Castilla, a la muerte de Fernando III en 1252, era el único Estado que aún tenía fronteras con los musulmanes, quienes se habían visto reducidos a los macizos penibéticos y la costa que va desde Barbate hasta Águilas y con un Estado de una superficie aproximada de unos 30.000 km2.​ La frontera entre los dos reinos, la denominada Banda Morisca, superaba los 1000 km de longitud.

Una época de prosperidad

El estatus de Granada como territorio tributario y su posición geográfica favorable, con las montañas de Sierra Nevada como barrera natural, ayudaron a prolongar el reino nazarí permitiendo prosperar al pequeño emirato como punto de intercambio comercial entre la Europa medieval y el Magreb. De hecho Granada fue una ciudad próspera durante la Crisis del siglo XIV que asoló a Europa. Granada también sirvió de refugio para los musulmanes que huían de la Reconquista. Iba a ser en la Granada de esta época donde se iba a producir uno de los más intensos florecimientos culturales del Islam.​ Su reflejo más evidente, quizás sea el conjunto palaciego de la Alhambra, todo un universo encerrado en sí mismo de palacios, jardines, fuentes y estanques.

A pesar de su prosperidad económica, los conflictos políticos eran constantes, y esta debilidad fue aprovechada por los cristianos, que fueron conquistando pequeños territorios al reino granadino. No obstante, algunas tentativas castellanas acabaron en rotundos fracasos, como los desastres de Moclín (1280), la Vega de Granada (1319)​ o Guadix (1362).​ A su vez, los ejércitos nazaríes lanzaban numerosas razias sobre los territorios cristianos, con resultados dispares: derrotas como Linuesa (1361) o victorias como Algeciras (1369).​ Entre 1351 y 1369 los nazaríes se aprovecharon de la Guerra Civil que estaba teniendo lugar en Castilla entre los pretendientes Pedro I y Enrique II. Este conflicto, a la par que dejó agotada a la Corona de Castilla, concedió al reino nazarí unos años de paz en los que pudo mantener su estrategia exterior sin interferencia de los castellanos.

La caída de Loja en 1486 marcó el comienzo del avance cristiano hacia
Granada que culminaría en 1492 con la toma de la capital.
Debido a la apertura de nuevas rutas comerciales directas entre el Reino de Portugal y África a partir del siglo XV, Granada empezó a perder su posición estratégica y la convirtió en un lugar menos importante. Con la unión de las Coronas de Castilla y Aragón en 1469, su situación se complicó y no pudo hacer frente a la expansión cristiana.

Decadencia y caída final

Tras esta época de esplendor, el reino quedó bajo el gobierno de distintos soberanos que fueron incapaces de mantener el control del territorio. Con el fin de la Guerra Civil Castellana hacia 1480 y el definitivo asentamiento de Isabel I en el trono, se daban por primera vez en Castilla las condiciones necesarias para realizar la conquista total de Granada, que se veían favorecidas por la crisis política y económica en el Reino nazarí.​ Las guerras civiles granadinas eran causadas por las luchas internas entre dos facciones del poder nazarí: los partidarios del emir Abú l-Hasan Alí y de su hermano El Zagal, y los partidarios del hijo del emir, Muhammad XII Boabdil.​ Este último, capturado por los castellanos, firmó con Fernando una tregua que confirmaba su vasallaje, al que posteriormente se unirían otros pactos. A partir de 1484 los Reyes Católicos llevaron a cabo una larga y tenaz serie de asedios en lo que se denominó la Guerra de Granada, utilizando la novedosa artillería que condujo a la toma progresiva de las plazas granadinas una tras otra.

Sobre el solitario reino de la media luna se abalanzaron las tropas de las Coronas de Castilla y Aragón, en la culminación del viejo sueño de la Reconquista.​ Tras la pérdida de Málaga en 1487 y la pérdida del territorio oriental (la Cora de Bayyāna) en 1489 dejan al Estado granadino en una grave situación.​ En 1491 se dispuso el cerco de Granada y la construcción de Santa Fe, el campamento base desde el que los Reyes Católicos dirigen las operaciones de asedio. El tiempo y la actitud pactista de Boabdil influyeron a favor de Castilla, y la capitulación de Granada tuvo lugar el 2 de enero de 1492.​ Así terminaban más de 250 años de existencia del Reino nazarí.

Gobierno

Organización territorial

El Reino de Granada comprendía parte de las provincias actuales de Jaén, Murcia y Cádiz, y la totalidad de Almería, Málaga y Granada, pero fue reduciéndose hasta que en el siglo XV abarcaba aproximadamente las provincias actuales de Granada, Almería y Málaga. El reino estaba dividido en circunscripciones territoriales y administrativas, denominadas tahas. A la frontera entre el reino de Granada y los territorios de la Corona de Castilla se le denominaba la Banda Morisca, de ahí que muchos pueblos de Andalucía Occidental se llamen "de la Frontera [con Granada]". Así mismo, el Reino nazarí sufrió de un importante problema de superpoblación.

La capital nazarí, Granada, se convirtió en los siglos XIV y XV en una de las ciudades más prósperas de una Europa devastada por la crisis del siglo XIV. Era un centro comercial y cultural de primer orden que llegó a contar con unos 165.000 habitantes y del que se conservan importantísimos conjuntos urbanísticos como la Alhambra y el Generalife.​ En el Albaicín vivían los artesanos y el resto de la población ocupó la parte llana hacia el sur, con grandes industrias, aduanas y la madrasa (المدرسة). Hoy en día quedan numerosos vestigios como la Alcaicería, el Corral del Carbón o el trazado de las calles hasta la antigua puerta de Bibarrambla.

Otras ciudades de importancia eran Almería –aunque su periodo de esplendor había sido en los siglos XI y XII con los reinos de Taifas–, Málaga, Loja, Guadix y Baza. La comarca de las Alpujarras, si bien no contaba con ninguna ciudad de importancia, era una zona muy poblada y de gran importancia económica para el Reino, situación que perduraría hasta la sublevación de 1568, tras la cual la mayor parte de la población islámica abandonaría la comarca.

Política exterior

Posición del Reino Nazarí en el Mediterráneo Occidental, hacia 1360.
En sus inicios el reino de Granada fue un reino aliado de la Corona de Castilla, aunque posteriormente tuviera que hacerse tributario de ella para mantener su independencia. La monarquía se mantuvo gracias a las concesiones a los castellanos, a la necesidad de estos de consolidar sus conquistas y a los pactos con los benimerines del Magreb. Esta difícil situación se mantuvo gracias a la diplomacia y la habilidad política de ciertos reyes nazaríes. Durante buena parte del siglo XIV las luchas entre cristianos y benimerines, con el apoyo nazarí, por el control del Estrecho de Gibraltar iban a ser una constante, con una larga historia de alianzas y traiciones, de pérdidas y conquistas. En 1305 los nazaríes conquistaron Ceuta, aunque en 1309 los Benimerines la reconquistan gracias a la ayuda aragonesa. En 1325, tras el asesinato de su padre Ismaíl I, Mohámed IV accedió al trono de Granada, quien en 1333 arrebató Algeciras y Gibraltar a los castellanos, aunque no pudo disfrutar de sus éxitos militares porque fue asesinado ese mismo año, a los 18 años de edad, sucediéndole su hermano menor Yúsuf I. En 1384 los nazaríes volvieron a conquistar Ceuta otra vez, pero tres años después la volvieron a perder a manos del Reino de Fez.

La Batalla del Salado en 1340 supuso un serio varapalo tanto para Nazaríes como Benimerines, pues estos nunca más volverían a intervenir en la península ibérica y, por tanto, los reyes nazaríes perdían así la ayuda militar del Norte de África.​ No obstante, la derrota en el Salado no supuso ningún descalabro para Granada, que pronto volvería a la política de pagos y vasallaje con Castilla. Tras el esplendor de estos reyes, especialmente Muhámmed V, las luchas dinásticas marcaron la vida del reino, lo que hizo que la existencia del reino dependiera en gran medida de la voluntad de los reyes de Castilla y de las relaciones de equilibrio con los reyes de Aragón.

Defensa

Ejército

Cuando Muhammad ibn Nasr, el primer rey nazarí, consolidó los dominios del Reino de Granada, estableció el esquema básico del que sería el ejército del reino. En el Reino Nazarí de Granada el estamento noble estaba formado por dos grupos: el autóctono y el foráneo. El autóctono estaba formado los antiguos terratenientes, que tenían grandes posesiones y extensos señoríos; vivían holgadamente, a veces hasta con lujo. El foráneo lo integraban las familias nobles que se habían visto obligadas a emigrar de los territorios ocupados por los cristianos; sus miembros se veían obligados a buscar empleo en la corte y malvivían cuando no lo alcanzaban. Ibn al-Ahmar enroló a los foráneos en el Ejército granadino; por eso éste estaba formado inicialmente por dos cuerpos de milicias: uno permanente y asalariado, formado por los nobles y capitaneado por el rey, y otro, la Muttavia, de mercenarios temporales reclutados para una determinada empresa y en el que se alistaban los guerreros de toda condición social.

Mapa de las costas del reino de Granada
 en un atlas náutico otomano del siglo XVI.
A partir de 1264, llegan desde Tremecén al reino nazarita los primeros voluntarios capitaneados por los hermanos Abu Tabit Amir ibn Idris y Abu al-Muarrif Muhammad, por lo que se organiza otra milicia regular formada por voluntarios bereberes y exiliados marroquíes. Además de estos cuerpos, los reyes nazaritas, recordando la costumbre de los omeyas cordobeses y de los reyes taifas del siglo XI, encomiendan su guardia personal a un cuerpo especial formado sólo por cristianos, castellanos mayoritariamente, desterrados o huidos de su tierra, a veces cautivos, islamizados o elches.

Marina

La flota de guerra nazarita tenía su base principal en el puerto de Almería. Sin embargo, la flota era débil, poco imponente y se empleaba más en la piratería por la costa de la Corona de Aragón que en guerra abierta. Los habitantes del reino nazarí eran poco aficionados a la marina, como según cuenta Ibn Jaldún, de los que dice que eran «extranjeros en la mar».​ La armada nazarita se veía obligada a enrolar mercenarios, almogávares audaces y aventureros de la mar, cuyo ideal era la piratería. En el periodo más brillante de la marina de guerra granadina, el siglo XIV, destacaron dos almerienses: el qaid Abu-l-Hasan y su sobrino, Abu Abd Allah Ibn Salvator.

Economía nazarí

Para posibilitar su supervivencia, el Emirato hubo de hacer un importante esfuerzo para aumentar las fuentes de riqueza agraria y mercantil a través de aprovechamiento máximo de las técnicas de regadío mediante una minuciosa regulación del uso y reparto del agua en las vegas y hoyas granadinas. Así, estas proporcionaban una gran abundancia de productos hortícolas y frutícolas destinados tanto para el mercado interior como el exterior, compensando el déficit en cereales del emirato que, en ocasiones, tenían que importar.​ La economía se complementaba con la ganadería en las zonas montañosas, la pesca en las costeras, los recursos mineros de sureste, así como la cerámica y sobre todo la artesanía textil de la seda, base de la vida económica urbana y del comercio exterior.

Comercio

Uno de los elementos básicos de la economía granadina era el comercio y la agricultura  El control cristiano del Estrecho de Gibraltar desde la Batalla del Salado (1340) y la conquista de Algeciras (1344), cortó al Reino de Granada el auxilio militar desde el Norte de África, pero también estimuló un comercio entre la Europa atlántica y el Mediterráneo del que los Nazaríes se beneficiaron enormemente.

Sus puertos se convirtieron en escalas básicas para los comerciantes, al tiempo que sus productos se abrieron a otros mercados: Catalanes y, especialmente Genoveses,​ establecieron consulados en Málaga, Almería, Adra o Almuñécar, los principales puertos del Reino.​ El comercio con el Magreb y el Norte de África alcanzó una gran importancia, a la que luego seguirían las redes comerciales con la Corona de Aragón: Cataluña, Valencia y Mallorca.

Columnas nazaríes del Patio de los Leones,
 en el Palacio de la Alhambra de Granada.
El control castellano del Estrecho de Gibraltar revalorizó el valor de los productos granadinos, sobre todo la seda, azúcar, frutos secos y las anchovetas. A partir de entonces el comercio con la Corona de Castilla, especialmente con Sevilla, adquirió una gran importancia.​ La exportación de la seda, que tuvo sus principales centros en Granada, Málaga, Vélez-Málaga o Ronda, se convirtió en uno de los principales productos de manufactura, y su importancia fue tal que los Reyes Católicos establecerían después de 1492 la llamada "Renta de la seda de Granada".

También se producían intercambios comerciales a lo largo de la frontera terrestre granadina, a menudo realizados de forma ilegal.

Sociedad

Conforme avanzaba la conquista castellana, muchos andalusíes decidían huir hacia el sur de la península. Así, cuando cayeron en manos castellanas los reinos de Córdoba, Jaén, Sevilla y Murcia, algunos habitantes decidieron marcharse al Reino Nazarí de Granada. Las minorías judía y mozárabe, que habían sido abundantes en periodos anteriores en la zona del Reino Nazarí, casi habían desaparecido durante la dominación almohade.

Sin embargo, tan pronto como se consolidó el Reino de Granada, volvieron los judíos, traídos por los mercaderes cristianos que establecieron sus consulados en las principales poblaciones granadinas. La presencia de mozárabes se redujo a grupos sueltos, refugiados políticos y mercaderes, que fueron autorizados a practicar su religión en privado. Se calcula en 500.000 los musulmanes que abandonaron el valle del Guadalquivir camino del Reino Nazarí o hacia el Norte de África.

Se podían distinguir dos grupos principales: la vieja población autóctona y la nueva población venida de las tierras conquistadas; y dos reducidos: los voluntarios africanos y los elches y cautivos. Las circunstancias en las que vivieron los habitantes nazaríes, hace que castellanos y aragoneses influyan sobre todo en la indumentaria, la comida y la bebida.

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Sumeria

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Sumeria

Sumeria (del acadio Šumeru; en sumerio cuneiforme 𒆠𒂗𒂠 ki-en-gil, aproximadamente KI 'tierra, país', EN 'señor', GI cañaveral') es una región histórica de Oriente Medio, parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. La civilización sumeria está considerada como la primera civilización del mundo. Aunque la procedencia de sus habitantes, los sumerios, es incierta, existen numerosas hipótesis sobre sus orígenes, siendo la más aceptada actualmente la que argumenta que no habría ocurrido ninguna ruptura cultural con el período de Uruk, lo que descartaría factores externos, como podían ser invasiones o migraciones desde otros territorios lejanos.

El término "sumerio" también se aplica a todos los hablantes de la lengua sumeria. En dicha lengua, esta región era denominada Kengi (ki), equivalente al acadio mat Sumeri, esto es, "tierra de Súmer".

Origen del nombre

El término "sumerio" es el nombre común dado a los antiguos habitantes de baja Mesopotamia por sus sucesores, los semitas acadios. Los sumerios se llamaban a sí mismos sag-giga, que significa literalmente "el pueblo de cabezas negras".​ La palabra acadia shumer puede representar este nombre en el dialecto, pero se desconoce por qué los acadios llamaron Shumeru a las tierras del sur.​ Algunas palabras como la bíblica Shinar, la egipcia Sngr, o la Indoeuropea Hitita Šanhar(a) pueden haber sido variantes de Šumer.​ De acuerdo al historiador babilonio Beros, los sumerios fueron "extranjeros de cabezas negras".

Situación de las ciudades de la antigua Mesopotamia.

Historia

Primeros pobladores

En la Baja Mesopotamia: asumiendo que existían asentamientos humanos desde el Neolítico como demuestra la cultura de Jarmo (6700 a. C.-6500 a. C.), y en el Calcolítico la cultura Hassuna-Samarra (5500 a. C.-5000 a. C.), El Obeid (5000 a. C.-4000 a. C.), Uruk (4000 a. C.-3200 a. C.) y Yemdet Nasr (3200 a. C.-3000 a. C.).

No existen registros escritos de esa etapa para conocer el origen de este pueblo, y tampoco los cráneos hallados en los enterramientos aclaran el problema de su origen, debido a que están representadas tanto la dolicocefalia como la braquicefalia, con algunos testimonios del tipo armenoide. Se investigan las esculturas sumerias que muestran un alto índice de cráneos braquicéfalos en sus representaciones que quizá podían dilucidar la procedencia de este pueblo, junto con las coloraciones y las dimensiones de las esculturas, que son una mezcla entre caucásicos y miembros de raza negra. Con todo esto no es suficiente evidencia para solucionar el problema puesto que la plástica podría haberlas idealizado, como pasaba en las esculturas egipcias.

Se ha descartado la posibilidad de identificación basada en la evolución de los tipos craneales en el conjunto del Oriente Medio, pues estos aparecen bastante mezclados. Sin embargo se pueden distinguir cuatro grandes grupos con rasgos pertenecientes a distintas épocas: antes de 4000 a. C. sólo se encuentran poblaciones dolicocéfalas del tipo "mediterráneo"; los "eurafricanos", que sólo son una variedad de este grupo, y que no tuvieron un papel apreciable hasta 3000 a. C.; el tipo "alpinos", braquicéfalos que se manifiestan moderadamente después de 2500 a. C., y los "armenoides", derivados tal vez de estos alpinos que aparecen en abundancia después de 500 a. C. Los pueblos descendientes de los cimerios tienden a tener en promedio las cabezas más "redondeadas" (braquicéfalas) que los demás pueblos de esa área y la palabra "sumerio" puede ser una transliteración de la palabra "cimerios" según algunos filólogos. Es por esto que varios investigadores creen que ambos pueblos son un mismo pueblo en diferentes épocas, pero no hay suficientes evidencias para sustentar esta hipótesis.

Parece posible que los sumerios fuesen una tribu proveniente de fuera, posiblemente de las estepas, pero su origen concreto es desconocido. Esto es lo que se ha venido denominando desde el siglo XX como el "problema sumerio."

En cualquier caso, es durante el período del Obeid cuando se producen avances que cristalizan en el período de Uruk, y que sirven para considerar este momento como el inicio de la civilización sumeria.


Localización aproximada de las culturas Hassuna-Samarra y Halaf durante el
"período 6".

Algunos estudiosos también postulan que los sumerios establecidos en Mesopotamia, no tendrían un origen autóctono, sino que provendrían de la cultura que fundó la ciudad de Mohenjo-Daro (que existió entre el 2600 a. C. y el 1800 a. C.) en India.

Período de Uruk

Uruk, la "Erec" bíblica y la árabe "Warka", es el escenario de descubrimientos fundamentales para la historia de la humanidad: aparece la rueda en torno al 3500 a. C., y la escritura en el 3300 a. C., siendo ésta la datación más antigua de tablillas de arcilla con escritura cuneiforme encontrada hasta la fecha. Estos registros escritos confirman que los sumerios no eran un pueblo indoeuropeo, ni camita, ni semita, ni tampoco elamo-drávida (grupo, este último, al que pertenece el pueblo elamita, por ejemplo). Así lo demuestra su lengua de tipo aglutinante. No obstante, se especula, como se ha dicho, que los sumerios no fueron el primer pueblo en asentarse en la baja Mesopotamia, en el curso bajo del Creciente fértil, sino que llegaron en un determinado momento de la Edad del Cobre o Calcolítico, allá por el año 3500 antes de nuestra era, durante el período ahora denominado Uruk.

Período dinástico arcaico

La difusión de los avances de la cultura de Uruk por el resto de Mesopotamia dio lugar al nacimiento de la cultura Sumeria. Estas técnicas permitieron la proliferación de las ciudades por nuevos territorios. Estas ciudades pronto se caracterizaron por la aparición de murallas, lo que parece indicar que las guerras entre ellas fueron frecuentes. También destaca la expansión de la escritura que saltó desde su papel administrativo y técnico hasta las primeras inscripciones dedicatorias en las estatuas consagradas de los templos.

Pese a la existencia de las listas reales sumerias la historia de este período es relativamente desconocida, ya que gran parte de los reinados expuestos en ellas tienen fechas imposibles. En realidad, estas listas se confeccionaron a partir del siglo XVII a. C., y su creación se debió probablemente al deseo de los monarcas de remontar su linaje hasta tiempos épicos. Algunos de los reyes son probablemente reales pero de muchos otros no hay constancia histórica y otros de los que se sabe su existencia no figuran en ellas.

El dominio acadio

Hacia 2350 a. C., Sargón, un usurpador de origen acadio, se hizo con el poder en la ciudad de Kiš. Fundó una nueva capital, Agadé y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo a Lugalzagesi, el rey de Umma hasta entonces dominante. Este fue el primer gran Imperio de la historia y sería continuado por los sucesores de Sargón, que se tendrían que enfrentar a constantes revueltas. Entre ellos destacó el nieto del conquistador, Naram-Sin. Esta etapa marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios.

Estatua sedente del príncipe Gudea, patesi
de la ciudad-estado sumeria de Lagaš,
hacia 2120 a. C.
El imperio se deshizo hacia el 2220 a. C., debido a las constantes revueltas y las invasiones de los nómadas amorreos y, principalmente, gutis. Tras su caída, toda la región cayó bajo el dominio de estas tribus, quienes se impusieron sobre las ciudades-estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como "horda de bárbaros" o "dragones de montaña", pero es posible que la realidad no fuese tan negativa; en algunos centros se produjo un verdadero florecimiento de las artes. Es el caso de la ciudad de Lagaš, especialmente durante el gobierno del patesi Gudea. Además de la calidad artística, en las obras de Lagaš se utilizaron materiales provenientes de regiones lejanas: madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo; lo que parece indicar que el comercio no se debió ver especialmente lastrado. Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos; Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II dinastías.

El Renacimiento sumerio

Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hengal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a. C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho ya que poco después el rey de Ur, Ur-Nammu, consiguió la hegemonía en toda la región con la llamada III dinastía de Ur o Renacimiento sumerio. El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador. Esta influencia se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar "reyes de Sumer y Acad"

A Ur-Nammu le sucederá su hijo, Shulgi, quien combatió contra Elam y las tribus nómadas de los Zagros. A este le sucedió su hijo Amar-Suen (Amar-Sin) y a este primero un hermano suyo, Shu-Sin y después otro Ibbi-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, provenientes de Arabia, se hicieron especialmente fuertes y en 2003 a. C. caería el último imperio predominantemente sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y, posteriormente, Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.

Periodo de Ur III

La desaparición del Imperio Acadio permitió el renacimiento de Sumer y el regreso al régimen de las ciudades estado. Tienen gran relevancia las reformas de Gudea de la Dinastía de Lagaš en esta época neosumeria (2175 a. C.). Posteriormente en la III Dinastía de Ur, Ur-Nammu lleva a cabo un código bien estructurado con numerosos cambios. En esta época se empiezan a nombrar como Reyes de Sumer y Akkad (2111 a. C.). Shulgi en 2093 a. C. impulsará una evolución referente a los pesos y medidas existentes, a la vez que reforzará las fronteras por el acoso de los semitas-amorreos.

Pese a ello, finalmente sucumbió a los ataques de los amorreos los cuales llevaban tropas auxiliares elamitas-semitas, procedentes de la meseta de Irán, que prevalecieron y saquearon Ur (2003 a. C.). Se vuelve a un estado de fragmentación política y proliferan dinastías locales. Rimsin creará un pequeño imperio en 1792 a. C. donde se introducirá la propiedad privada, dándose una sociedad pre-capitalista. En cambio, en Babilonia se entronizará una dinastía amorrea (1792 a. C.).

La sociedad de la III Dinastía de Ur se organiza de esta manera:

Una reconstrucción en el Museo Británico
de tocados y collares que usan las mujeres
en algunas tumbas sumerias.
  • mashda: "los segundos"
  • eren: "muchedumbre de palacio". Posiblemente se tratará de servidumbre o corte del palacio.
  • ir/game: criados (libres). Los padres vendían a sus hijos al templo aunque los pequeños no perdían su condición de libertad por ello.
  • namra: esclavos. Se les distinguía por llevar un collar con el nombre o un mechón de pelo en la cabeza.

Organización social

Con respecto a la organización social, la sociedad sumeria era jerárquica y estratificada, al igual que las de todas las civilizaciones. En la cúspide de la pirámide social se encontraba el rey, a quien seguía en importancia una élite de sacerdotes, jefes militares y funcionarios de alto nivel. A continuación se ubican los comerciantes, funcionarios menores, artesanos especializados y, luego, los campesinos y artesanos. El nivel más bajo de la sociedad correspondía a los esclavos.

Administración y política

A fines del IV milenio a. C. Sumeria se dividió en una docena de Ciudades estado independientes cuyos límites fueron definidos por medio de canales y mojones. Estas ciudades eran grandes centros mercantiles. Cada una estaba centrada en un templo dedicado al dios patrono particular de la ciudad y gobernado por un "patesi" (Ennsi), o en ocasiones por un rey (lugal). Los patesi eran sacerdotes supremos y jefes militares absolutos, auxiliados por una aristocracia constituida por burócratas y sacerdotes. El patesi controlaba la construcción de diques, canales de riego, templos y silos, imponiendo y administrando los tributos a los que toda la población estaba sujeta. Las ciudades estado sumerias tradicionalmente eran ciudades-templos, ya que los sumerios consideraban que los dioses fundaban las ciudades para que fuesen centros de culto. Más tarde, conforme a la religión, los dioses se limitaban a comunicar a los soberanos los planos de los santuarios. El vínculo de los patesis con los ritos religiosos de la ciudad era extremadamente íntimo.

Los templos (entre los cuales se destacaban los piramidales ziqqurat) estaban ligados al poder estatal, y sus riquezas eran usufructuadas por los soberanos, considerados intermediarios entre los dioses y los hombres. Junto con los templos de las ciudades, homenajeando a su dios patrono, no era infrecuente que se erigiesen zigurats; pirámides de ladrillos macizos cocidos al sol que servían de santuarios y acceso a los dioses cuando estos descendían hasta su pueblo durante las festividades.

Con el desarrollo de las ciudades, las tentativas de supremacía de unas sobre otras se tornaron inevitable. Durante un milenio se sucedieron luchas por el control sobre los derechos de uso del agua, de las rutas de comercio y el cobro de tributos a tribus nómadas.

Las primeras cinco ciudades desde las que se ejerció el poder predinástico son entre paréntesis aparece el nombre actual del paraje:

Zigurat de la ciudad de Ur que se ha conservado hasta nuestros días.
Las ciudades sumerias se erigían alrededor de estos y en ellos,
los patesi realizaban ritos sagrados.
- Eridu (Tell Abu Shahrain).

- Bad-tibira (probablemente Tell al-Madain).

- Larsa (Tell as-Senkereh).

- Sippar (Tell Abu Habbah).

- Shuruppak (Tell Fara).
Otras ciudades principales:

- Kiš (Tell Uheimir e Ingharra) .

- Uruk (Warka).

- Ur (Tell al-Muqayyar).

- Nippur (Afak).

- Lagaš (Tell al-Hiba).

- Ngirsu (Tello o, Telloh).

- Umma(Tell-Yoja).

- Hamazi.

- Adab (Tell-Bismaya).

- Mari (Tell Hariri).

- Akshak.

- Akkad.

- Isin (Ishan al-Bahriyat).

Lengua y escritura

El idioma sumerio se considera una lengua aislada ya que no está emparentada con ninguna familia lingüística conocida, aunque se han hecho muchos intentos fallidos por relacionar el sumerio a otros grupos lingüísticos. El sumerio es claramente diferente del acadio, una lengua de claro origen semítico, con él coexistió en la región alternándose como lenguas dominantes. Ambas lenguas usaron la escritura cuneiforme, originalmente desarrollada por los sumerios y cuyo uso sobrepasó al de la propia lengua sumeria por más de un milenio.

Tablilla de piedra grabada con escritura pictográfica procedente de la
ciudad mesopotámica de Kish (Irak), datada en el 3500 a. C. 
Probablemente es el vestigio más antiguo conocido de escritura; y consta 
de pictogramas que representan cabezas, pies, manos, números y trillos.
El sumerio era un idioma aglutinante, es decir, los monemas (unidades de significado) se pegaban unos con otros para crear palabras enteras, en contraste con las lenguas flexivas como el acadio o las lenguas indoeuropeas. Por tanto tipológicamente el sumerio difiere notablemente de otras lenguas de la región ya que el sumerio prefiere utilizar afijos para expresar lo mismo. En cambio otras lenguas cercanas como el elamita, las lenguas hurrito-urartianas y algunas lenguas caucásicas muestran tipologías lingüísticas más similares al sumerio, aunque no parecen directamente relacionadas con él.

Los sumerios inventaron jeroglíficos pictóricos que más tarde dieron lugar a la escritura cuneiforme propiamente dicha, y su lengua junto con el del Antiguo Egipto compiten por el crédito de ser la lengua más tempranamente documentada. Ha sobrevivido un gran corpus formado por cientos de miles de textos en sumerio, la gran mayoría de estos textos en tablillas de arcilla. Los textos sumerios conocidos incluyen textos personales y cartas de negocios y transacciones, recibos, listas de léxico, leyes, himnos y plegarias, encantamientos mágicos e incluso textos científicos de matemáticas, astronomía y medicina. Las inscripciones monumentales y los textos escritos en diferentes objetos como estatuas o ladrillos también eran bastante comunes. Muchos textos sobrevivieron en múltiples copias, ya que fueron transcritos varias veces por escribas en formación. El sumerio siguió siendo la lengua litúrgica usada en oficios religiosos y la lengua de los textos legales en Mesopotamia mucho después de que los semitas se convirtieran en el grupo hegemónico en la región.

La comprensión de los textos en sumerio puede ser complicada hoy en día, incluso para los expertos, principalmente por el uso de caracteres jeroglíficos de difícil interpretación. Los más difíciles son los textos más antiguos, que en muchos casos no dan toda la estructura gramatical de la lengua que siempre cambiaba.

Religión y creencias

Tratar un asunto tal como la religión sumeria puede ser complicado, dado que las prácticas y creencias adoptadas por aquellos pueblos variaron mucho a través del tiempo y lugar, cada ciudad poseía su propia visión mitológica y/o teológica. Los sumerios fueron posiblemente los primeros en escribir sobre sus creencias, que luego fueron la inspiración para gran parte de la mitología, religión y astrología mesopotámicas, aunque ello no implica que su religión fuera la primera y que no hubieran tomado costumbres y ritos de otros pueblos.

Los sumerios veían los movimientos a su año como la magia de los espíritus, magia que era la única explicación que tenían de cómo funcionaban las cosas. Esos espíritus eran sus dioses.[Y con muchos espíritus alrededor, creían en varios dioses, que tenían emociones humanas. Creían que el sol, la luna y las estrellas eran dioses, al igual que los juncos que crecían a su alrededor y la cerveza que destilaban.

Creían que los dioses controlaban el pasado y el futuro, que les revelaban las habilidades que poseían, incluyendo la escritura, y que los dioses les proporcionaban todo lo que necesitaban saber. No tenían la visión de que su civilización se hubiera desarrollado por sus propios esfuerzos. Y tampoco tenían visión de progreso tecnológico o social.

Cada uno de los dioses sumerios (en su propia lengua, dingir y en plural, dingir-dingir o dingira-ne-ne) era asociado a ciudades diferentes, y la importancia religiosa a ellos atribuida se intensificaba o declinaba dependiendo del poder político de la ciudad asociada. Según la tradición sumeria, los dioses crearon el ser humano a partir del barro con el propósito de que fueran servidos por sus nuevas criaturas. Cuando estaban enojados o frustrados, los dioses expresaban sus sentimientos a través de terremotos o catástrofes naturales: la esencia primordial de la religión sumeria se basaba, por lo tanto, en la creencia de que toda la humanidad estaba a merced de los dioses. Nótese la similitud de la creación del hombre a partir del barro con el relato del Génesis.

Fragmento de la estela de victoria del rey Eannatum de Lagaš sobre Umma,
llamada "Estela de los Buitres". 
Esta pieza de caliza, está datada alrededor del 2450 a. C.
Entre las principales figuras mitológicas adoradas por los sumerios, es posible citar:

- An (o Anu), dios del cielo;

- Nammu, la diosa-madre;

- Inanna, la diosa del amor y de la guerra (equivalente a la diosa Ištar de los acadios);

- Enki en el templo de Eridu, dios protector de los hombres, controlador del agua dulce de las profundidades debajo de la tierra;

- Utu en Sippar, el dios sol;
Nannar, el dios luna en Ur;
Enlil, el dios del viento.

Los sumerios probablemente hayan cavado en la tierra unos metros y encontrado agua. Los sumerios creían que la tierra era un gran disco flotando en el mar. Llamaron a ese mar Nammu y pensaban que había estado desde siempre en el tiempo. Creían que del Nammu habían surgido los peces, los pájaros, cerdos salvajes y otras criaturas que moraban en las tierras pantanosas y húmedas.

Según ellos, Nammu había creado el cielo y la tierra. El cielo se había separado de la tierra, dando nacimiento al dios masculino An y la tierra, una diosa llamada Ki. Creían que Ki y An habían procreado un hijo llamado Enlil, que era la personificación de la atmósfera, el viento y la tormenta. Creían que él separó el día de la noche y que había abierto una concha invisible dejando caer agua desde el cielo. Creían que junto con su madre y Ki, Enlil sentó las bases de la creación de las plantas, los humanos y otras criaturas, que hacía germinar las semillas y que había dado forma a la humanidad a partir de la arcilla, impregnándola.

El universo consistía en un disco plano cerrado por una cúpula de latón. La vida después de la muerte implicaba un descenso al vil submundo, donde se pasaba la eternidad en una existencia deplorable, en una especie de infierno.

Creían que los cultivos crecían porque un dios masculino se estaba apareando con su esposa diosa. Ellos veían los meses húmedos y calurosos del verano, cuando los campos y praderas se teñían de marrón, como el momento de la muerte de los dioses. Cuando los campos florecían de nuevo en primavera, creían que sus dioses resucitaban. Marcaron a este, como el comienzo del año, que era celebrado en sus templos con música y cantos.

No creían en el cambio social, aunque los sacerdotes sumerios alteraban las historias que contaban, creando nuevos giros en los cuentos antiguos; sin reconocer esto como un cambio inducido por los humanos o preguntándose por qué habían fallado en hacerlo bien la primera vez. Las nuevas ideas eran simplemente revelaciones de sus dioses.

Había diferentes tipos de sacerdotes. Algunos de los más comunes eran:

- āšipu, exorcista y médico.

- bārû, astrólogo y adivino.

- qadištu, sacerdotisa.

Los templos sumerios consistían en una nave central con corredores en ambos lados, flanqueados por aposentos para los sacerdotes. En una de las puntas del corredor se encontraba un púlpito y una plataforma construida con ladrillos de barro, usada para sacrificios animales y ofrendas vegetales.

Lancero sumerio 3000 a. C.
Los graneros y depósitos generalmente se localizaban en la proximidad de los templos. Más tarde, los sumerios comenzaron a construir sus templos en la cima de las colinas artificiales, terraplenadas y multifacetadas: esos templos especiales se llamaban zigurats.

Los sumerios fueron precursores de muchas conceptos religiosos, sagas cosmogónicas y relatos que luego aparecieron recogidas por otros pueblos mesopotámicos y regiones vecinas. Entre ellas podemos citar: la creación del mundo, la separación de las aguas primordiales, la formación del hombre con arcilla o las ideas del paraíso y el Diluvio Universal (que aparece en la Epopeya de Gilgameš). Escritos de V. Scheil y S. N. Kramer, consideran la creación de Eva a partir de la costilla de Adán como un mito sumerio, ya que en sumerio, las palabras "hacer vivir" y "costilla" se escribían igual: ti. También la idea de la resurrección de los muertos, atribuida a innumerables religiones, aparece en Sumeria por primera vez.

Agricultura y ganadería

Los sumerios mantenían una producción de cebada, garbanzos, lentejas, mijo, trigo, nabo, dátiles, cebolla, ajo, lechuga, puerro, amapola y mostaza. También criaban vacas, ovejas, cabras y cerdos. Además, usaban bueyes como opción principal en el trabajo de carga y burros como animal de transporte. Los sumerios pescaban peces en los ríos Tigris y Éufrates y en los canales, y cazaban aves en sus orillas y desembocaduras pantanosas.

La agricultura sumeria dependía mucho del riego, efectuándose a través del uso de canales, estanques, diques y depósitos de agua. Las frecuentes y violentas inundaciones del Tigris, y en menor medida, del Éufrates, hacían que los canales necesitaran de reparación frecuente y de la continua extracción del limo, y el reemplazo continuo de los marcadores de inspección y mojones. El gobierno ordenaba a esclavos, condenados a trabajos forzados y determinados ciudadanos la tarea de trabajar en los canales, aunque los ricos podían excluirse de esta tarea.

Después de la temporada de inundaciones y luego de la temporada del equinoccio de Primavera y el Akitu o Festival de Año Nuevo, los canales eran abiertos, los campesinos irrigaban sus campos y drenaban el agua sobrante. Posteriormente dejaban que los novillos pisotearan la tierra y matasen las malas hierbas. El paso siguiente era dragar los campos con picos. Después que se secara, araban, gradaban y rastrillaban el campo tres veces, revolviendo la tierra después con una azada antes de la siembra. Lamentablemente, la alta tasa de evaporación dio lugar a un aumento gradual de la salinidad de los campos. Por el período de Ur III, los agricultores pasaron del trigo a la cebada como principal cultivo, ya que ésta es más tolerante a la sal.

Los sumerios realizaban la cosecha durante la fase seca del otoño en equipos de tres personas que consistían en dos segadores y un enfardador. Los campesinos utilizaban un tipo de cosechadora arcaica para separar la cabeza de los cereales de sus respectivos tallos: una especie de carro de clasificación, que separaba los granos de los cereales. Después cribaban la mezcla de granos y barcia.

Características militares

Las casi constantes guerras, durante 2000 años, entre las ciudades estado sumerias ayudaron a desarrollar la técnica y tecnología militar a un alto nivel. La primera guerra que se registra fue entre Lagaš y Umma en el año 2525 a. C. en una estela llamada la Estela de los Buitres. Este registro también muestra al rey de Lagaš liderando un ejército sumerio compuesto en su mayoría de infantería. Los soldados de infantería llevaban lanzas, cascos de cobre y escudos de cuero o mimbre. Los lanceros se muestran dispuestos en lo que parece ser una formación de falange, que requiere entrenamiento y disciplina. Esto implica que los sumerios hayan hecho uso de soldados profesionales.

Sello cilindro e impresión: grupo de ganado en un campo de trigo.
Hechos en Caliza, correspondiente al período de Uruk (4100-3000 a. C.).
La influencia clave en el ejército sumerio fue su paupérrima posición estratégica. Los obstáculos naturales para la defensa existían solamente en las fronteras del oeste (desierto) y del sur (golfo Pérsico). Cuando los enemigos más populosos y poderosos aparecían por el norte o el este, los sumerios se volvían susceptibles a los ataques. Los sumerios participaban en guerras con sitio entre sus ciudades, defendidas por murallas de ladrillos de barro que, obviamente, no podían detener los enemigos que ya conocían ese material.

Los sumerios inventaron el carro de guerra, al cual ataban onagros (burros salvajes). Esos carros antiguos no funcionaban tan bien en combate como los modelos construidos posteriormente. Algunos sugieren que los carros militares servían primariamente como medio de transporte, aunque en tiempo de guerra transportaban hachas de guerra y lanzas. El carro o más bien carreta sumerio constaba de una caja con cuatro ruedas macizas manejado por un equipo de dos personas y atado a cuatro onagros. El carro estaba compuesto por cestas entretejidas, y las ruedas poseían un diseño sólido de tres piezas. Los sumerios usaban fundas y arcos simples, más tarde se inventaría el arco compuesto.

Cultura

Arquitectura

La planicie del Tigris-Éufrates carecía de piedra y árboles. Las edificaciones sumerias comprendían estructuras planoconvexas hechas de ladrillos de barro, material por contra muy abundante, desprovistas de argamasa o cemento. Debido a que los ladrillos planoconvexos eran de composición relativamente inestable, los albañiles sumerios añadían una mano extra de ladrillos, puestos perpendicularmente cada pocas hiladas. Entonces ahí, rellenaban los huecos con betún.

Las construcciones hechas con ladrillos de barro se acababan deteriorando, de forma que eran periódicamente destruidas, niveladas y reconstruidas en el mismo lugar. Esa constante reconstrucción elevó gradualmente el nivel de las ciudades, de modo que con los siglos se erigieron por arriba de la planicie a su alrededor. Las construcciones resultantes se conocían con el nombre de tell y se encontraban en todo el antiguo Oriente Próximo y Medio.

El tipo más famoso e impresionante de entre las edificaciones sumerias, eran los Zigurats o torres escalonadas, una construcción de largas y amplias plataformas sobrepuestas en cuya cima había templos. Algunos académicos han teorizado que estas estructuras podrían haber sido la base de la torre de Babel bíblica, que se describe en el Génesis.

Los sellos cilíndricos sumerios también describen casas construidas con cañas, similares a aquellas construidas por los árabes de las tierras bajas de la parte sur de Irak, hasta una fecha tan reciente como el 400 a. C. Por otro lado, los templos sumerios y palacios hicieron uso de materiales y técnicas más avanzadas como refuerzos (soportes para los ladrillos), recesos (esquinas), pilastras y clavos de arcilla recubiertos con ladrillos cocidos al horno, más resistentes que los crudos secados al sol.

Matemáticas

Los sumerios desarrollaron un complejo sistema de metrología alrededor del 4000 a. C. Esta metrología avanzada resultó en la creación de la aritmética, la geometría y el álgebra. Desde el 2600 a. C. en adelante, los sumerios escribieron tablas de multiplicación en tabletas de arcilla y trataron con ejercicios geométricos y problemas de división. Los primeros rastros de la numeración babilónica también se remontan a este periodo.​ El periodo que abarca desde el 2700 al 2300 a. C. vio la primera aparición del ábaco, y una tabla de columnas sucesivas que delimitaron el orden sucesivo de magnitud de su sistema de numeración sexagesimal. Los sumerios fueron los primeros en usar un sistema de numeración de notación posicional. Otros pueblos mesopotámicos quizás hayan usado algún tipo de regla de cálculo en cálculos astronómicos.

Medicina

Una tablilla encontrada en Nippur puede ser considerada el primer manual de medicina del mundo. En esa tablilla, donde había fórmulas químicas y mágicas (encantamientos), usaban términos tan especializados que para traducirse se precisó de la ayuda de químicos.

En la farmacología, se usaban sustancias vegetales, animales y minerales. Laxantes y diuréticos fueron la mayoría de los remedios de aquel pueblo. Determinadas cirugías también eran puestas en práctica. Los sumerios manufacturaban salitre, conseguido a partir de la orina, la cal, de cenizas o de la sal. Combinaban esos materiales con leche, piel de cobra, caparazón de tortuga, casia, mirto, timo, sauces, higo, pera, abeto y/o dátil. A partir de ahí, mezclaban esos agentes con vino, usando el resultado obtenido de dos formas: o pasando el producto como si fuera una crema, o luego se mezclaba junto con la cerveza, consumiendo el remedio por vía oral.

Himno a Iddin-Dagan, rey de Larsa.
Inscripciones cuneiformes en sumerio,
en torno al 1950 a. C.
Los sumerios explicaban la enfermedad como una consecuencia del aprisionamiento, y la consecuente tentativa de escape, de un demonio dentro del cuerpo humano. El objetivo del remedio era persuadir al demonio a creer que continuar residiendo en aquel cuerpo sería una experiencia desagradable. Comúnmente los sumerios colocaban un cordero o una cabra cerca del enfermo. En el caso de no haber ovejas a disposición, probaban suerte con una estatua, que, si se conseguía transferir el demonio dentro de sí, sería cubierta de betún.

Literatura

La literatura sumeria comprende tres grandes temas: mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra, o Enki, dios del agua potable frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o templos y el abandono de los dioses resultante.

Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o la actividad constructora de un rey importante, magnificados y distorsionados con el tiempo.

Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos contrarios. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.

Legado

Los sumerios tal vez sean más recordados debido a sus muchas invenciones. Algunos especialistas les dan el crédito por la invención de la rueda y el torno alfarero. Su sistema de escritura cuneiforme fue el primer sistema de escritura del que se tenga evidencia, adelantándose a los jeroglíficos egipcios en, por lo menos, 75 años. Los sumerios estaban entre los primeros astrónomos, poseyendo la primera visión heliocéntrica de la que se tenga conocimiento (la próxima aparecería de vuelta en el 1500 a. C. por parte de los Vedas en la India). Afirmaban también que el sistema solar se constituía de cinco planetas (ya que únicamente sólo se podían ver cinco planetas a simple vista).

Desarrollaron también conceptos matemáticos usando sistemas numéricos basados en 6 y 10. A través de ese sistema, inventaron el reloj con 60 segundos, 60 minutos y 12 horas, además del calendario de 12 meses que usamos actualmente. También construyeron sistemas legales y administrativos con cortes judiciales, prisiones y las primeras ciudades estado. La invención de la escritura posibilitó a los sumerios el almacenamiento del conocimiento y la posibilidad de transferirlo a otros y a las generaciones posteriores. Eso llevó a la creación de las escuelas, a la educación y oficialización de la matemática, religión, burocracia, división de trabajo y sistemas de clases sociales.

Los sumerios también inventaron el carro de guerra y, posiblemente, las formaciones militares. Inventaron la cerveza.​ Lo más importante de todo, tal vez, sea el hecho que de acuerdo con muchos académicos, los sumerios fueron los primeros en tratar tanto plantas como animales. En el caso de lo primero, a través de plantaciones sistémicas y de la cosecha de una descendencia de grama mutante, conocida actualmente como einkorn, y de simientes de mijo y trigo. Con relación a lo segundo, los sumerios domesticaron a través del confinamiento y de la procreación de carneros ancestrales (similares a la cabra montés y al ganado salvaje (búfalos). Fue la primera vez que esas especies fueron domesticadas y criadas a gran escala.


J. M. S.

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Historia de al-Ándalus

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Historia de al-Ándalus

En el siglo VII, los musulmanes habían comenzado una rápida conquista en la que ocuparon Oriente Medio y el norte de África, llegando a la península ibérica a principios del siglo siguiente, en el marco del último proceso expansionista del Califato Omeya de Damasco.

Emirato dependiente (718-756)

En el año 711, el Reino Visigodo fue dividido entre dos candidatos luchando por el título de Rey de los Visigodos después la muerte de Witiza en 710: Roderigo, nieto de Chindasvinto y dux de Betica quién fue elegido por la nobleza visigoda en Toledo, y Agilla II del Ducado de Tarraconense. En este mismo año, tropas del Califato Omeya, compuestas por árabes y bereberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar dirigidos por Tariq, lugarteniente del gobernador del Norte de África, Musa ibn Nusayr. En principio Tariq se atrincheró en el peñón que recibiría después su nombre Chabal Tariq, (Gibraltar), a la espera de la llegada del grueso de sus tropas. Sólo entonces inició su ofensiva con la toma de Carteia (Cádiz), después de lo cual se dirigió al Oeste e instaló su base de operaciones en Al-Yazirat Al-Hadra, (en árabe: الجزيرة الخضراء) lo que hoy es Algeciras.

Invasión de la península ibérica por los ejércitos musulmanes.
En ese mismo año Tariq vence a los visigodos en la trascendental batalla de Guadalete, y tras dar remate a lo que quedaba del ejército rival en Écija emprende una rápida conquista, primero en dirección a Toletum (Toledo), y posteriormente hacia Caesar Augusta (Zaragoza). Hacia el 718 la península ibérica, salvo las zonas montañosas del norte habitadas por vascones, cántabros y astures, estaba en manos del Califato Omeya.

Desde 716 la Península fue dirigida desde Qurtuba, Córdoba, por un gobernador (wali) nombrado por el califa de Damasco. Los primeros gobernadores aparte de organizar el estado islámico y asentar a inmigrantes árabes, sirios y sobre todo bereberes, llevaron a cabo expediciones contra el reino franco hasta que después de la batalla de Poitiers en el 732, los francos emprendieron diversas campañas que expulsaron a los musulmanes de las tierras situadas al norte de los Pirineos hacia el 759.

En el territorio de al-Ándalus, los musulmanes respetaron a la población cristiana y judía a cambio de un tributo, por pertenecer a una de las religiones abrahámicas, que los dotaba de un estatus determinado, la dhimma. En el caso de los cristianos si no pagaban tributo eran condenados a muerte1​. Este establecía que, aunque no formaran parte de la umma, comunidad islámica, quedarían protegidos, tendrían sus jueces y conservarían sus ritos. Estas circunstancias motivaron una política de pactos de capitulación donde muchos aristócratas visigodos pudieron conservar propiedades e incluso cierto grado de poder mediante nuevas fórmulas, como es el caso de Teodomiro (en árabe: تدمير Tūdmir), gobernador de la Provincia Carthaginense, que tras un acuerdo gobernó a título de rey un territorio cristiano visigodo autónomo dentro de al-Ándalus, denominado kora de Tudmir.

Este hecho, unido a que una parte de la población, cristianos unitarios y hebreos sobre todo, vieran con buenos ojos el nuevo poder musulmán que los libraba de la dura opresión que los visigodos habían ejercido contra ellos, podría explicar la rapidez de los moros.

La composición social de al-Ándalus fue muy compleja y varió a lo largo de su historia; por un lado se encuentran los que pertenecían a la comunidad islámica, Umma, que se dividían en libres y esclavos y étnicamente en árabes, sirios, bereberes, muladíes (cristianos conversos al Islam y sus descendientes) saqalibas (de origen eslavo y que podían ser esclavos o libres), y también esclavos provenientes de África, aunque estos nunca llegaron a constituirse como un grupo social diferenciado. Entre los que no pertenecían a la Umma estaban los judíos y los mozárabes (cristianos de al-Ándalus).


Dinar omeya de 716-717.
Musulmanes
  • árabes
  • bereberes
  • sirios
  • saqalibas
  • muladíes

No musulmanes
  • judíos
  • mozárabes
En el año 750, en Damasco, la familia de los abasídas desplaza a los omeyas del poder, matando a todos sus miembros excepto a Abderramán I, y trasladan el poder a Bagdad.

Emirato de Córdoba (-929)

En 756 Abderramán I huye a la península ibérica y consigue que ésta se separe del poder de Bagdad, haciendo que Córdoba se convirtiera en un emirato independiente. En la segunda mitad del siglo IX se erige la alcazaba de Madrid como defensa de Toledo.

La creación de los reinos de Asturias y de Pamplona, y de diversos condados en la zona pirenaica por parte de los francos conocidos como la Marca Hispánica (Aragón, Ribargoza, Girona, Barcelona, Osona, Ampurias, etc.), a finales del siglo VIII y primeros años del IX representó la primera reducción del territorio de al-Ándalus. Hasta el siglo XI, las fronteras entre al-Ándalus y los estados cristianos del norte experimentaron pocas variaciones, aunque la lucha entre ellos fue frecuente.

El estado andalusí estaba dirigido por visires (ministros) bajo la dirección del hagib el de más rango de ellos. También se formó un ejército profesional compuesto por mercenarios.

Califato de Córdoba

A comienzos del año 929 (final del año 316 de la hégira), el emir Abd al-Rahman III proclama el califato de Córdoba, y se nombra a sí mismo Emir al-Muminin (príncipe de los creyentes), lo cual le otorga, además del poder terrenal, el poder espiritual sobre la umma (comunidad de creyentes), de este modo se convirtió en el primer califa independiente de la Península. Por otra parte, la naturaleza misma del poder dinástico cambió a causa de este acontecimiento, y el alcance histórico, reconocimiento y adhesión del pueblo a los califas de al-Ándalus fue inmenso.

Este importante acontecimiento histórico encuentra sus fundamentos en la victoria definitiva que el poder cordobés había logrado unos meses antes sobre la interminable revuelta de Omar Ben Hafsún con la toma de Bobastro en enero del 928. Así mismo, se logró el restablecimiento de la autoridad del poder central de Córdoba sobre la mayor parte del territorio y la rendición de las últimas disidencias como la de Badajoz y de Toledo.

Interior de la Mezquita de Córdoba.
Dentro del contexto general del mundo musulmán en los primeros decenios del siglo X, hay otra causa del acontecimiento que es la creación del califato fatimí proclamado en 910 en Qairawan, norte de África, opuesto al abbassí; sin duda ésta fue una justificación implícita de la instauración del título califal en al-Ándalus.

La relación con los reinos vecinos fue tensa; por una parte se encontraba el califato fatimí en las fronteras cordobesas del norte de África; en el año 931, las tropas andalusíes entraron en Ceuta, donde se levantaron fortificaciones importantes. Desde entonces se establecieron tanto en Ceuta como en Melilla guarniciones andalusíes con carácter permanente. El califato omeya desplegó grandes esfuerzos para contener lo mejor posible el avance fatimí, siguiendo en su política de alianzas con las tribus Magrawa-Zanata del Magreb occidental, hostiles a los Sanhaya del centro que sostenían el poder fatimí.

Por el norte se encontraban los reinos cristianos que seguían con sus incursiones en territorio andalusí aprovechando cualquier debilidad del emirato cordobés. En el 932 Ramiro II atacó Madrid y derrotó a un ejército musulmán en Osma en el 933. Aliándose con el poderoso gobernador tuyibí de Zaragoza. Abd al-Rahman III intentó restablecer la situación del lado cristiano organizando una campaña contra el reino de León para restablecer la supremacía musulmana sobre la frontera del Duero. Abd-el-Rahman no alcanzó su objetivo y sufrió una derrota en la batalla de Simancas, seguida de otra en el barranco de Alhándega, aunque estas derrotas no tuvieron, de hecho, graves consecuencias territoriales porque igualmente se consiguieron otras victorias de importancia, los problemas internos paralizaron León y porque el poder cordobés, con su tenacidad, logró mantener una presión lo suficientemente fuerte sobre la frontera, y desplegó un gran esfuerzo para protegerla, edificando nuevas defensas y fortificando las ya existentes.

Abd al-Rahman III mandó edificar en el año 936 la ciudad palatina de Medina Azahara donde se trasladó con su gobierno y la corte.

Cuando llega al poder Al-Hakam II el Califato cordobés se encuentra consolidado tanto en el norte de la Península, con los reinos cristianos bajo vasallaje, como en el Magreb occidental, controlado por el Califato cordobés, bien mediante sus propias tropas, bien por medio de tribus aliadas o sometidas.

A su muerte, Al-Hakam II dejó el trono cordobés a un muchacho de once años sin ninguna experiencia política llamado Hisham, este joven califa contaba con el apoyo de su madre la concubina Subh de Navarra y el ministro Al-Musafi, además de la de un hombre llamado Abi Amir Muhammad, futuro al-Mansur (Almanzor para los cristianos), que mediante intrigas y movimientos políticos va ascendiendo en el poder hasta hacerse con el poder absoluto. Al-Mansur puso en marcha un programa de reformas en la administración civil y militar y supo atraerse a las clases populares con una política de intensa actividad militar contra los cristianos del norte.

Al-Mansur inició una serie de campañas o algaradas que se adentraron en territorio cristiano, llegando hasta Santiago, Pamplona, etc. Esta política provocó que los reinos cristianos crearan una coalición contra al-Ándalus.

Taifas e imperios

  • Primeros reinos de taifas
  • Almorávide
  • Segundos reinos de taifas
  • Almohades
  • Terceros reinos de taifas
Las taifas (palabra que en árabe significa "bando" o "facción") fueron hasta treinta y nueve pequeños reinos en que se dividió el califato de Córdoba después del derrocamiento del califa Hisham III (de la dinastía omeya) y la abolición del califato en 1031, como consecuencia de la guerra civil.

Finalmente en 1031, se produce la división del califato en reinos de Taifas.

Entre los años 718 y 1230 se forman los principales núcleos cristianos en la península en los reinos de Castilla, Portugal, Navarra y la Corona de Aragón.

En el siglo XIII, se produce un gran avance cristiano gracias a la victoria en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) que provoca que el poderoso imperio almohade entre en decadencia, aprovechando las monarquías cristianas para conquistar grandes territorios y arrasar las principales ciudades.

Reino nazarí de Granada

Queda sólo el Reino nazarí de Granada como último reducto musulmán en la Península, mientras la corona de Aragón inicia una política de expansión por el Mediterráneo y se confirma la unión de Castilla con León.

La Reconquista finaliza en 1492 con la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos que lo anexionan a la Corona de Castilla. En este mismo año se produce la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América, en nombre de Castilla, por Cristóbal Colón.

Predecesor:
Hispania visigoda
España y Portugal.jpg
Periodos de la Historia de España

Historia de al-Ándalus
Sucesor:
Reconquista


J. M. S.

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Desfile de Soberanías

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Desfile de Soberanías

El Desfile de Soberanías fue un proceso asociado al anuncio prioritario de leyes más republicanas durante el gobierno de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética en sus últimos años, y que se convirtió en uno de los factores clave que llevaron a la disolución de la Unión Soviética, durante el período entre los años 1988-1991. 
 
En el curso del "desfile de soberanías" para los años 1990-1991 toda la Unión y muchas de las repúblicas de la Unión Soviética aprobaron la Declaración de Soberanía (la RSFS de Rusia fue la sexta y la RSS de Ucrania la novena​), que desafió la prioridad de las leyes de la Unión Soviética sobre el sistema soviético, que el principio de "las leyes de la guerra." Muchas medidas para controlar la economía local también fueron tomadas por ellos, incluyendo la falta de pago de los impuestos a la Unión y el presupuesto federal de Rusia. Estos conflictos cortaron muchos lazos económicos, que empeoraron aún más la situación económica de la URSS.  

Antecedentes

La perestroika y las reformas radicales de Mijaíl Gorbachov fueron enunciadas en el XXVII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), entre febrero y marzo de 1986. Sin embargo, muchos encontraron el ritmo de la reforma demasiado lento.

El año 1988 vería la introducción de la glásnost de Gorbachov, que dio nuevas libertades individuales a los ciudadanos, como una mayor libertad de expresión y libertad de religión. Este fue un cambio radical, ya que el control de la palabra y de la represión de las críticas por parte del gobierno había sido anteriormente una parte central del sistema soviético. La prensa se hizo mucho menos controlada y miles de presos políticos y disidentes fueron puestos en libertad. La meta de Gorbachov en la realización de la glásnost fue presionar a los conservadores dentro del PCUS que se oponían a sus políticas de reestructuración económica con la esperanza de que, a través de diferentes gamas de apertura, debate y participación, el pueblo soviético apoyara sus iniciativas de reforma. Al mismo tiempo, se abrió a sí mismo y sus reformas para más críticas en la opinión pública. 
 
En junio de 1988, en la XIX Conferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética, Gorbachov inició radicales reformas destinadas a reducir el control de la maquinaria gubernamental sobre las actividades privadas. Propuso un nuevo ejecutivo en la forma de un sistema presidencial, así como un nuevo elemento legislativo que se denominaría el Congreso de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética. 
 
Casi todo 1989 estuvo marcado por las cuestiones nacionales que se tornaban cada vez más problemáticas y la dramática caída del Bloque del Este. A pesar de que la distensión internacional alcanzó niveles sin precedentes con la retirada soviética de Afganistán -que concluyó en enero- y que los diálogos entre Estados Unidos y la Unión Soviética continuaron con Gorbachov y George H. W. Bush, las reformas internas comenzaron a sufrir la creciente divergencia entre los reformistas que criticaban el lento ritmo del cambio y los conservadores que criticaban la extensión del cambio. Gorbachov afirmó que trataba de encontrar un equilibrio entre ambas ideologías, pero que esto solo generó más crítica hacia él.  

Historia

El primer territorio soviético, que declaró su independencia en enero de 1990 en respuesta a los eventos de Bakú, fue la República Autónoma de Najicheván. Antes del intento del golpe de estado de agosto de 1991 del Comité Estatal para el Estado de Emergencia, declararon su independencia de una manera unilateral cinco repúblicas de la unión, RSS de Lituania, RSS de Letonia, RSS de Estonia, RSS de Armenia y RSS de Georgia, mientras la RSS de Moldavia rechazó participar en el Nuevo Tratado de la Unión y abogó por la transición a la independencia. Sin embargo, la república autónoma de Abjasia y la región autónoma de Osetia del Sur, que formaban parte de la RSS de Georgia, así como las recién creadas repúblicas de Transnistria y Gagauzia, que formaban parte de la RSS de Moldavia, anunciaron su oposición a la independencia deseando seguir formando parte de la Unión Soviética.  

Con la excepción de la RSS de Kazajistán, ninguna de las repúblicas de Asia Central de la Unión estaba teniendo movimientos organizados o por partes, en busca de lograr la independencia. Entre las repúblicas musulmanas, con la excepción del Partido del Frente Popular de Azerbaiyán, el movimiento de independencia existía sólo en una de las repúblicas autónomas, el partido "Ittifak" de la región del Volga, liderado por Fawzi Bayrámova en la República Socialista Soviética Autónoma Tártara quien desde 1989 abogaba por la independencia de Tartaristán. 

El 19 de agosto de 1991, era la fecha prevista para la firma del Nuevo Tratado de la Unión que pretendía establecer la Unión de Estados Soberanos (SSG) como una federación suave, pero fue frustrada en agosto por el intento de golpe de Estado en la Unión Soviética con el fin de destituir a Mijaíl Gorbachov del puesto de Presidente de la URSS. A continuación, se produjo el colapso masivo de la Unión Soviética proclamándose la independencia de casi todas las restantes repúblicas soviéticas, así como de varias formaciones autónomas (fundamentalmente dentro de la RSFS de Rusia, RSS de Georgia y RSS de Moldavia). El 6 de septiembre, la URSS reconoció la independencia de las tres repúblicas bálticas.

El 14 de noviembre los líderes de siete de las doce repúblicas soviéticas (RSFS de Rusia, RSS de Bielorrusia, RSS de Kazajistán, RSS de Kirguistán, RSS de Tayikistán, RSS de Turkmenistán y RSS de Uzbekistán) y el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov declararon su intención de firmar el tratado para el establecimiento de la Unión de Estados Soberanos (SSG). Sin embargo, el 8 de diciembre los presidentes de tres de las cuatro repúblicas fundacionales de la URSS (RSFS de Rusia, RSS de Ucrania y RSS de Bielorrusia) firmaron el Tratado de Belavezha que derogaba el Tratado de Creación de la URSS, declaraba la disolución de la URSS estableciendo en su lugar la Comunidad de Estados Independientes (CEI). El 21 de diciembre de 1991 al CEI se incorporaron todas las restantes repúblicas soviéticas, excepto la RSS de Georgia y las repúblicas bálticas, mediante la firma del Protocolo de Almá-Atá. 

Parte de las repúblicas autónomas que habían proclamado su independencia no fueron reconocidas por la comunidad internacional (Transnistria y República de Nagorno-Karabaj) o son estados parcialmente reconocidos (Abjasia y Osetia del Sur), mientras Gagauzia, Tartaristán y la República Chechena de Ichkeria perdieron su independencia.  


Declaración de Soberanía de la RSFS de Rusia

El 12 de junio de 1990, en la primera sesión del Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia, se aprobó la Declaración de Soberanía Estatal de la RSFS de Rusia.

El desfile de soberanías de las repúblicas autónomas dentro de la RSFS de Rusia

De agosto a octubre de 1990, fue el año del "desfile de soberanías" de las repúblicas autónomas. La adopción de la Declaración de soberanía estatal de la República Socialista Soviética Autónoma de Carelia (08/09/1990), se proclamó la soberanía de la República de Komi (10/11/1990), la República Socialista Soviética Autónoma Tártara (08/31/1990), La RSSA de Udmurtia y de Yakutia-Sajá (09/27/1990), el distrito autónomo de Chukotka, Adyguéi AO (República Autónoma Adyguéi) (05/10/1990), el Soviet de la República Autónoma Socialista de Buriatia (07/10/1990), la República Socialista Soviética Autónoma de Bashkiria (10/11/1990), la República Socialista Soviética Autónoma de kalmuko (10/19/1990), el RSSA de Mari (10/22/1990), la República Socialista Soviética Autónoma de Chuvashia (10/24/1990) Yamalo Nenets (10/17/1990) El Distrito autónomo, Gorno-Altai AO (Gorno-Altai ASSR) (10/25/1990) La región de Irkutsk (26.10.1990), y así sucesivamente.

En estos y otros documentos de la época de la república se proclamaron portadores de soberanía. Al mismo tiempo, sin embargo, surgió la cuestión de la independencia estatal completa y la secesión de la RSFS de Rusia, por regla general, no se veía comprometida, la relación con el gobierno federal y se pretendía resolver mediante la firma de contratos con él en el futuro. 

El 24 de mayo de 1991, se realizaron cambios en la Constitución de la RSFS de Rusia de los títulos de las Repúblicas Autónomas Socialistas Soviéticas (RASS) - uno era eliminar la palabra "autónoma" y que llegó a ser conocido como la República Socialista Soviética (RSS) de la RSFSR, en contra del artículo 85 constitución de la URSS.​ Las antiguas repúblicas autónomas de Rusia estaban dispuestas a unirse a la nueva Unión de Repúblicas soviéticas Sovereign, entonces la Unión de Estados Soberanos (SSG).

La adoptada Declaración de Soberanía del Estado por Tartaristán el 30 de agosto, de 1990, en contraste con algunos de la Unión y casi todas las demás Repúblicas autónomas rusas (excepto la República Autónoma Socialista Soviética de Chechenia-Ingusetia), no se especificó como las repúblicas estarían en cualquier parte de la RSFSR o la URSS, y se anunció que sería un estado soberano y sujeto al derecho internacional, que concluye los tratados y alianzas con Rusia y otros estados. En los meses del colapso masivo de la Unión Soviética y más tarde de Tartaristán con la misma redacción que había adoptado en declaraciones y resoluciones del acta de independencia y unirse a la CEI, se llevó a cabo un referéndum, y se adoptó una constitución. 

Del 8 al 9 de junio de 1991 la liberación de la República Autónoma Socialista Soviética de Chechenia-Ingusetia fue proclamada como República Chechena de Ichkeria, y el 6 de septiembre del mismo año, esta autoproclamada república declaró su independencia.

El 7 de febrero de 1992, en relación con el intento del Consejo Supremo de Diputados de Karelia, que tuvo la experiencia de estar fuera de la RSFSR como una unión de la RSS de Lituania, para poner en el orden del día la próxima sesión, por el potencial de salida de la República de Karelia de Rusia, el Ayuntamiento de Petrozavodsk adoptó un recurso ante el Consejo Supremo República de Karelia y los residentes de Petrozavodsk, en el que afirmó que "el camino de salida de la República de Karelia de Rusia y la creación de otro estado independiente de Karelia es imposible." Sin embargo, el Ayuntamiento de Petrozavodsk reconoció el curso adecuado para la delimitación de las competencias entre Rusia y la República de Carelia y la consolidación en esta base, de la independencia económica del país. ​ Más adelante en Karelia en repetidas ocasiones se crearon leyes que determinaron la incautación y completaron las disposiciones de las leyes federales.

El 31 de marzo de 1992, fue el año en que todas las repúblicas de la nueva Federación Rusa (RSFSR) con la excepción de Tartaristán y Chechenia-Ingusetia firmaron un nuevo acuerdo federal. 

En abril de 1992 el VI Congreso de Diputados del Pueblo de la Federación de Rusia tres veces se negó a ratificar el acuerdo y el Belovezhskoe elimina del texto de la Constitución la mención de la de la constitución RSFSR y las leyes de la Unión Soviética.

El 25 de diciembre, de 1993 entró en vigor y fue Aprobada por el voto popular la Constitución de la Federación de Rusia, que no contenía ninguna mención de la Constitución y las leyes de la URSS. El artículo 4 de la aprobada Constitución, se refiere que la soberanía de la Federación de Rusia se extiende a la totalidad de su territorio, y las leyes federales funcionan en todo el territorio de su dominio. La Constitución ha establecido la posibilidad de celebrar acuerdos sobre la delimitación de competencias entre el centro federal y la Federación de Rusia, sin embargo, estableció que en caso de incumplimiento de las disposiciones de estos acuerdos, así como de lo firmado previamente a las disposiciones del Tratado Federal de la Constitución (párrafo 1 de la Sección II de la Constitución) .  

En el futuro, al evaluar las diversas disposiciones de la legislación de las diversas entidades de la Federación de Rusia por su cumplimiento con la Constitución de la Federación de Rusia, la Corte Constitucional de Rusia ha declarado en repetidas ocasiones la imposibilidad constitucional y legal y la ilegalidad "de una doble soberanía" de la Federación Rusa y sus sujetos federales. En particular, en la resolución del Tribunal Constitucional del 7 de junio, el año 2000 № 10-P "En el caso de la constitucionalidad de ciertas disposiciones de la Constitución de la República de Altai y la Ley Federal" Sobre los principios generales de organización del legislativo (representativo) y los órganos ejecutivos del poder estatal de los sujetos Federación de Rusia , declararon:

La soberanía de la Federación de Rusia como un estado gobernado por la ley federal democrática, que se aplica a la totalidad de su territorio, es fijado por la Constitución de la Federación de Rusia como uno de los fundamentos del orden constitucional (artículo 4, parte 1). El titular de la soberanía y la única fuente de poder en la Federación de Rusia, de acuerdo con la Constitución rusa, son su gente multiétnica (artículo 3, párrafo 1), que, conservando la unidad del Estado históricamente establecido, partiendo de los principios universalmente reconocidos de la igualdad y la autodeterminación de los pueblos y la reactivación de la condición de Estado soberano de Rusia, toma la Constitución de Rusia de la Federación (preámbulo). 

La Soberanía, asumida, en el sentido de los artículos 3, 4, 5, 67 y 79 de la Constitución de la Federación Rusa, la supremacía, la independencia y la autonomía del poder del Estado, la plenitud de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial del Estado en su territorio y la independencia en las relaciones internacionales, es una característica de la calidad necesaria en la Federación de Rusia como un estado caracterizado por su rango constitucional y legal. La Constitución rusa no permite ningún otro portador de la soberanía y la fuente de poder, además de los pueblo multinacionales de Rusia, y por lo tanto no asume ninguna otra soberanía más que la del estado de la soberanía de la Federación de Rusia. La soberanía de la Federación de Rusia, en virtud de la Constitución, se descarta la existencia de dos niveles en los poderes soberanos, se encuentran en un solo sistema el poder del Estado, que tendría la supremacía e independencia, es decir, no permite la soberanía de repúblicas u otras entidades de la Federación Rusa. La Constitución de Rusia se une a la soberanía de la Federación de Rusia, su carácter y las atribuciones constitucionales y legales, así como el estado constitucional y legal y las facultades de las repúblicas, que están dentro de la Federación de Rusia, no a su voluntad por medio de un acuerdo, y con la voluntad del pueblo ruso multinacionales - los medios de comunicación y la única fuente de poder en la Federación de Rusia, en el cual, se aplica el principio de la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos, constituye la condición de estado soberano reavivado de Rusia como un estado de unidad históricamente establecido en su actual sistema federal. Contenido en la Constitución de la Federación de Rusia, la cuestión de la soberanía determina la naturaleza de la estructura federal, históricamente condicionado por el hecho de que los sujetos de la Federación de Rusia no tienen la soberanía, que fue originalmente propiedad de la Federación de Rusia en su conjunto. Para los propósitos del preámbulo, los artículos 3, 4, 5, 15 (parte 1), 65 (parte 1), 66 y 71 (apartado "b") de la Constitución en su relación, las repúblicas como sujetos de la Federación Rusa no son una condición de estado soberano y para resolver este problema o pueden no estar en sus constituciones, y por lo tanto no tiene derecho a darse las propiedades de un estado soberano - incluso bajo la condición de que su soberanía sería reconocida como limitada. 

La Constitución rusa se define en el artículo 5 (partes 1 y 4) el estado aparece en el artículo 65 (parte 1) de la República como la Federación de Rusia proviene de pertenencia a los fundamentos de la Federación de Rusia del orden constitucional y, en consecuencia, a los fundamentos del orden constitucional de la República del principio de igualdad de todos la Federación de Rusia, en particular en sus relaciones con las autoridades federales. El reconocimiento de la soberanía de las Repúblicas, a pesar del hecho de que todos los demás sujetos de la Federación Rusa, no poseen esta soberanía, violaría la igualdad constitucional de la Federación de Rusia, haría imposible el ejercicio, en principio, como los sujetos de la Federación de Rusia no tienen la soberanía, en su estado no pueden ser iguales a un estado soberano. Por lo tanto, la utilización del artículo 5 (parte 2) de la Constitución en relación con la estructura federal de la "república (estado)" el concepto establecido esto no significa que - a diferencia del Tratado de Federación del 31 de marzo de 1992 - se da el reconocimiento de la soberanía estatal de la Federación de Rusia, pero sólo refleja las características específicas en su estado constitucional y legalmente asociadas a los factores de medidas históricas, nacionales y otros. 

Al respecto, las leyes contenidas en las constituciones anteriores de algunas repúblicas de la federación rusa, señalando a su soberanía, por ahora fueron eliminadas por casi todos. 
 
Las excepciones a esto, fue la reincorporación de Tartaristán en la Federación de Rusia por medios pacíficos sobre la base del acuerdo en 1994, y en Chechenia, como resultado de las dos guerras entre los periodos de 1994-1996 y 1999-2000.  

Cronología de Declaraciones de Soberanía

En primer Congreso de Diputados del Pueblo de Rusia pasa Declaración de soberanía estatal de SFSR ruso. 12 junio de 1990.

La cronología de las Declaraciones de Soberanía por las Repúblicas de la Unión Soviética fue la que sigue:
 
1. RSS de Estonia - 16 de noviembre de 1988
2. RSS de Lituania - 26 de mayo de 1989
3. RSS de Letonia - 28 de julio de 1989
4. RSS de Azerbaiyán - 23 de septiembre de 1989
5. RSS de Georgia - 26 de mayo de 1990
6. RSFS de Rusia - 12 de junio de 1990
7. RSS de Uzbekistán - 20 de junio de 1990
8. RSS de Moldavia - 23 de junio de 1990
9. RSS de Ucrania - 16 de julio de 1990
10. RSS de Bielorrusia - 27 de julio de 1990
11. RSS de Turkmenistán - 22 de agosto de 1990
12. RSS de Armenia - 23 de agosto de 1990
13. RSS de Tayikistán - 24 de agosto de 1990
14. RSS de Kazajistán - 25 de octubre de 1990
15. RSS de Kirguistán - 15 de diciembre de 1990      
 
 
J. M. S.

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