Los rituales funerarios en la antigua Grecia
Los rituales funerarios en la antigua Grecia
En el mundo griego la muerte era algo desconocido, significando el principio del viaje que llevaría a la psyché del difunto hasta el Hades, a través del pago al barquero Caronte quien lo trasladaría.
En cuanto al ritual funerario, estaba compuesto por un complejo y variado proceso que contaba de varias partes, hecho conocido a través de las fuentes escritas y de las representaciones de las cerámicas, aunque estas fueron transformándose a lo largo del tiempo.
El barquero Caronte |
Tras el fallecimiento de una persona se procedía a la preparación de su cuerpo, la conocida como próthesis. El cadáver era lavado y purificado con ungüentos, los ojos se cerraban y se sujetaba la barbilla. Tras esta labor realizada solo por las mujeres, el difunto era colocado en una habitación de la casa cobre un lecho (klyné), para que los familiares y amigos que lo desearan pudieran presentar sus respetos. El cuerpo se exponía uno o dos días, mientras que en otras culturas, como la romana, el cuerpo se exponía hasta un total de siete días.
Tras la exposición del cuerpo, se llevaba a cabo la ekphorá, donde el difunto era trasladado a su lugar de descanso, en andas o sobre carruaje, dependiendo el poder económico de la familia. El traslado se solía realizar de noche, precediendo los hombres a las mujeres. Para las élites aristocráticas, el enterramiento representaba una favorable ocasión para hacer uso de la ostentación del rango y riqueza de la familia. A partir del siglo V a.C. comenzó la costumbre de incluir una moneda en la boca del difunto para pagar al barquero Caronte.
Se han encontrado restos que nos indican que desde finales del siglo VIII a.C. en los rituales funerarios se incluían sacrificios de pequeños animales, quema de objetos rituales, y alimentos y libaciones de bebidas.
Unos tres días después del entierro, se celebraba un banquete ritual en la casa de la familia del difunto, lo que suponía un refuerzo del vínculo comunitario. Semanas después se volvía a celebrar un banquete donde las sobras eran recogidas, depositándose una parte de las mismas en la tumba del difunto.
La tumba era marcada con una estela, siendo visitada con relativa frecuencia para depositar flores y cintas textiles, mechones de cabellos, vasos que eran empleados en las libaciones (choai) de bebidas y rotos sobre la tumba y sacrificios de animales (pelaje negro). También se realizaban rituales de carácter extraordinario como competiciones deportivas.
En cuanto a las ofrendas que podemos encontrar en los rituales funerarios encontramos cuatro grupos: pertenecientes al vestuario y tocado del difunto; los que constituyen el equipamiento del difunto; objetos utilizados en la ceremonia de sepultura y después depositados en la tumba; y objetos depositados cerca o en la tumba durante las ceremonias. Estos objetos se depositan en la tumba para que acompañaran al difunto en su viaje hacia el Hades.
Otro objeto que suele aparecer en santuarios, en espacios domésticoso en tumbas son las conocidas como “tanagras”, que son figuras femeninas de terracotas hechas a molde y con un simbolismo. Los ungüentos de vidrio y cerámica, así como algunas lucernas, también se han encontrado en algunas tumbas griegas.
En cuanto a las cremaciones, se realizaban tanto en la propia zona donde se iba a enterrar al difunto o, por el contrario, se recogían las cenizas en un recipiente y se depositaban en otro lugar. Por otro lado, los niños menores de 40 días tenían un trato distinto pues eran enterrados en las propias casas.
Pero debemos de entender que el ritual funerario no acababa tras el enterramiento del fallecido, pues se llevaban a cabo distintas ceremonias alrededor de las tumbas a lo largo del año.
Autor: José Luis Azorín Navarro
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