Primera Revolución Industrial
Primera Revolución Industrial
La Primera Revolución Industrial fue un proceso que se desarrolló desde mediados del siglo XVIII, teniendo como centro el Reino Unido. Como consecuencia de tal proceso se produjo una serie de cambios tecnológicos que supusieron un impacto inmenso en las sociedades.
Las consecuencias derivadas de la Primera Revolución Industrial del mismo fueron tanto económicas como sociales, culturales e, incluso, ambientales. En definitiva, significó la creación de innovaciones tecnológicas y científicas que supusieron una ruptura con las estructuras socioeconómicas existentes hasta el momento.
Se le conoce como Primera Revolución Industrial después de que años más tarde se produjera una nueva revolución industrial, conocida como Segunda Revolución Industrial. En los siglos XX y XXI se produjeron la Tercera Revolución Industrial y la Cuarta Revolución Industrial, respectivamente.
La cuna de la Primera Revolución Industrial: Inglaterra
La Primera Revolución Industrial tuvo su origen en el Reino Unido, donde se daban unas condiciones políticas, socioeconómicas y geográficas adecuadas. La máquina de vapor fue la base sobre la que se asentó todo el desarrollo que vino propiciado como consecuencia de la Revolución Industrial. Esta invención fue posible gracias a algunos elementos, como la existencia de combustible,como el carbón, o el hierro. Junto a estos elementos, otros factores hicieron posible que la Revolución Industrial surgiese y se desarrollase en el Reino Unido.
Factores políticos
Por una parte, la Revolución Burguesa del siglo XVII había triunfado, dándose con ello la abolición del sistema feudal. El sistema se basaba en una monarquía que había desechado el absolutismo que se daba en otros países europeos. Como consecuencia, el Reino Unido vivió una época de estabilidad, sin sobresaltos revolucionarios y con unas mayores libertades civiles.
Factores socioeconómicos
Por otra parte, el Reino Unido disfrutaba de una situación de abundancia de capitales, como consecuencia de su supremacía comercial. El control del comercio con las colonias, permitió que un proceso de concentración de capitales en manos de algunos empresarios. Fueron importantes las fortunas que tuvieron su origen en el comercio de productos como el te, el tabaco o, incluso, los esclavos.
Igualmente importante fue la existencia de una abundante mano de obra. Las innovaciones que se produjeron en el campo permitieron un aumento de productividad que significó la producción de más alimentos. Este proceso se conoció como la revolución agrícola, dando como resultado un aumento de la población. Esta aumento de población significó un aumento, a su vez, de mano de obra disponible que no resultaba productiva en el campo. Ello produjo un importante éxodo rural con el trasvase de importantes contingentes de población desde el campo a las ciudades. Esta población desplazada se convertiría en una bolsa de mano de obra disponible para realizar los trabajos industriales.
Factores geográficos
La existencia de determinadas materias primas en el territorio del Reino Unido también facilitó el proceso. El hierro y carbón fueron fundamentales para permitir el desarrollo y la generalización de innovaciones como la máquina de vapor. Además, al tratarse de un territorio insular partía de una situación de ventaja para comerciar con sus productos en el ámbito internacional por vía marítima.
Las repercusiones de la Revolución Industrial
Al igual que las causas que llevaron a la Revolución Industrial, las consecuencias se dejaron notar en diferentes ámbitos.
La producción mecanizada generó un descenso del trabajo artesanal. Esta nueva forma de producción dio lugar a que los talleres fueron desplazados por grandes centros fabriles. Ello incisión, a su vez, en que se produjese un aumento de la producción en diferentes tipos de productos, especialmente en el textil.
Con la expansión de grandes centros de producción industrial, se creó una nueva clase social: el proletariado industrial. Las características de estos trabajadores, concentrado en estos espacios, rompían con la naturaleza de los trabajadores de épocas anteriores. En la aparición de esta clase y de sus peculiares condiciones de trabajo y de vida podemos situar el origen del sindicalismo y de nuevas ideologías, como el socialismo.
Por otra parte, las ciudades comenzaron a crecer de forma muy importante. Si la llegada de población rural a las ciudades fue una de las causas de la Revolución Industrial, este fenómeno se multiplicó posteriormente. Al mismo tiempo que las mecanización del campo caminaba pareja a la introducción de nuevas tecnologías, aumentaba ella mano de obra excedentaria. Como consecuencia, el éxodo rural hacia las zonas industriales modificó la estructura y el tamaño de las ciudades. Este hecho provocó que las condiciones de vida, especialmente desde una perspectiva higiénicosanitaria, fuesen muy precarias. Muchas personas conviviendo en espacios reducidos en un entorno donde los servicios, como el alcantarillado o el acceso agua potable, eran deficientes generó importantes problemas de salubridad.
La Primera Revolución Industrial: un punto de inflexión
Con todos estos elementos, la Revolución Industrial significó un auténtico punto de inflexión en la historia de la humanidad. Las sociedades occidentales y gran parte del planeta beben directamente de aquel fenómeno, que significó unos cambios sin precedentes. La economía, los medios de transportes y de comunicación e, incluso, las estructuras sociales no serían las mismas si Inglaterra no hubiese albergado aquella revolución.
Después de la primera revolución industrial han venido otras tres revoluciones industriales.
J.M.S
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario