Historia-Imperio Inca 10/10

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IMPERIO INCA

Fuentes históricas

Cerámica

La cerámica incaica es distinta de los estilos que predominaron en la zona centroandina en la época pre-Tahuantinsuyo. El estilo inca se caracteriza por su producción en masa, habiéndose encontrado evidencias del empleo de una gran cantidad de moldes que permitieron difundir una producción sumamente estandarizada. Sus colores se caracterizan por el uso intensivo de diferentes tonos de marrón y sepia, además del rojo, negro, blanco, anaranjado y morado, que producían una gama relativamente variada de combinaciones. Se aprecia en la alfarería incaica la predilección por los diseños geométricos, predominando los rombos, barras, círculos, bandas y triángulos. Las formas típicas son el aríbalo y los queros, aunque estos últimos existieron desde el Horizonte Medio y fueron confeccionados también en madera y metal. El Estado incaico estableció distintos tipos de relaciones con los ceramistas locales y aprovechó de diferentes maneras sus técnicas y estilos alfareros. Se movilizaron vasijas de estilo local y se las hizo circular por todo el territorio, fusionándose de esta manera las diferentes técnicas existentes.

Textilería

Uncu o poncho incaico
El arte textil incaico se caracteriza por sus tejidos con diseños geométricos o tocapus y por la fineza de su técnica. Los incas destacaron por sus tapices y sus mantos de plumas, también de diseños geométricos. Tuvieron un extraordinario sentido de la simetría, reflejado mediante la repetición de figuras estilizadas dispuestas de una manera sumamente ordenada. Para los incas la importancia de los textiles fue religiosa, social y política. Ellos expresaban su cosmovisión, su sentido del espacio y de sus divisiones. Eran símbolos de nivel social. Los famosos ponchos dameros, blancos con negro y rojos al centro se destinaban sólo a los orejones o generales allegados al Inca. Se dice que los diseños geométricos, que aparecen en algunos tejidos, servían también para identificar a los incas y sus familias. Desde la visión política los textiles representaban tesoros intercambiables así como productos tributables que cohesionaban al imperio.

Escultura

Los trabajos realizados en piedra constituyen el otro gran conjunto de realizaciones incaicas que merece la pena destacar. Suele limitarse a representaciones zoomorfas de auquénidos, llamas, vicuñas y alpacas, y fitomorfas, mazorcas de maíz, que son conocidas como conopas y a numerosos cuencos y recipientes llamados popularmente morteros. Entroncados en las tradiciones artísticas andinas, los incas supieron imprimir un carácter propio y original a sus obras que se basó en una simplificación de las formas por medio de volúmenes geométricos sencillos y una esquematización de los motivos decorativos muy próxima a una concepción estética geometrizante y cubista. El arte incaico se caracterizó por la sobriedad, la geometría y la síntesis, tendiendo más a lo práctico y funcional que a lo formal.

Pintura

La pintura como expresión estética se manifestó en murales y mantos. Bonavía señala la diferencia entre paredes pintadas de uno o varios colores y los murales con diseños o motivos representando escenas diversas.

Los murales pintados se aplicaban sobre paredes enlucidas con barro empleando pintura al templo, técnica diferente a utilizada para las pinturas rupestres. Hacia el Horizonte Temprano, la pintura era aplicada directamente sobre la pared enlucida, mientras que durante el Período Intermedio Temprano' se cubría el muro enlucido con pintura blanca para luego aplicarle el dibujo deseado. Otro medio usado en la misma época consistía en trazar motivos incisos sobre el barro húmedo para luego rellenarlo con pintura.

En la época moche se usó pinturas murales y de alto relieve de barro como los descubiertos en la Huaca de la Luna y en la Huaca del Brujo, en departamento de La Libertad, a unos 5 km al sur de Trujillo.

La técnica y el uso de mantos pintados sobre telas de algodón llano era costumbre de toda la costa, con mayor énfasis en el norte. Todavía por los años de 1570 a 1577 existían artistas especializados en el arte de pintar mantos que ejercían su oficio trasladándose de un lugar u otro. En aquel tiempo estos artesanos pedían licencia ante el oidor para usar de su arte e ir libremente por los valles sin ser estorbados.

Huaca de la Luna
En los museos y colecciones privadas se pueden apreciar estos mantos, empleados quizá para cubrir paredes desnudas o servir de vestimenta a los señores importantes.

Otro renglón dentro del arte pictórico fue la realización de una suerte de mapas pintados que representaban un lugar o una región. El cronista Betanzos cuenta que después de la derrota de los chancas infligida por el príncipe Cusi Yupanqui, los dignatarios cuzqueños se presentaron ante él para ofrecerle la borla y lo encontraron pintando los cambios que pensaba introducir en el Cuzco.

Esta noticia no sería suficiente para confirmar tal práctica si no fuese apoyada por otra referencia la afirmación en el juicio sostenido por las etnias de Canta y de Chaclla en 1558-1570. Uno de los litigantes presentó allí ante la Real Audiencia de los Reyes los dibujos de su valle indicando sus reclamos territoriales, mientras los segundos exhibieron una maqueta de barro de todo el valle. Sarmiento de Gamboa decía que al conquistar un valle se hacía una maqueta y se le presentaba al Inca, quién delante de los encargados de ejecutar los cambios se informaba de sus deseos.

Arte plumario

Las prendas de plumería manifiestan un gusto estético por el color y se usaron en mantas camisas, abanicos y sombrillas para preservar del sol a los personajes conducidos en andas. Los brillantes tonos de las plumas empleadas señalan un origen selvático con lo cual concluimos que debió existir un trueque a lo largo y ancho del país entre la selva, la sierra y la costa.

El cronista Santa Cruz Pachacuti cuenta que para los grandes acontecimientos, como el matrimonio de Huayna Cápac con su hermana el día que recibió la borla o mascaipacha insignia del poder, se recubrieron los techos de paja de los palacios y los templos del Cuzco con las más vistosas mantas confeccionadas con plumas multicolores. El espectáculo debió ser magnífico y sobrecogedor pues los brillantes colores de las techumbres contrarrestaban con la sobriedad de las piedras y las cenefas de oro de los muros palaciegos.

Orfebrería y metalurgia

El área andina de Perú, Bolivia y Ecuador fue la cuna de la metalurgia a nivel sudamericano y surgió sin ninguna influencia proveniente del Viejo Mundo.

Orfebrería y metalurgia
Existieron dos centros metalúrgicos uno en la zona del altiplano peruano-boliviano y otro en la costa norte en la región Mochica-Lambayeque. De estos dos lugares se difundieron los conocimientos al sur, hacia Chile y Argentina, y al norte, a Colombia y Panamá para llegar posteriormente a las costas occidentales de México.

La metalurgia en los Andes tiene una gran antigüedad y sus artífices lograron las más variadas técnicas y aleaciones.

En toda la costa existieron expertos plateros y durante al apogeo incaico sus gobernantes establecieron mitimaes en el Cuzco para la producción de objetos suntuarios. Diversos documentos nombran a estos grupos provenientes del Chimú, Pachacámac, Ica y Chincha. Es probable que sus obras siguiesen los gustos estéticos incaicos. Sabemos del establecimiento en Zurite, cerca del Cuzco de unos yanas plateros de Huayna Cápac, provenientes de Huancavilca (actual Ecuador) que residían en tierras del soberano y cuya obligación era fabricar objetos para el Inca.

La numerosa presencia en el Cuzco de plateros indígenas fue aprovechada posteriormente por los oidores, corregidores y encomenderos para la confección de vajillas personales de oro y plata, burlando la obligación del quinto del rey. Por ese motivo, son escasas las piezas de plata del siglo XVI en el Perú que tengan punzones.

Para la creación de armamento se utilizaba cobre y aleaciones de esta; como el bronce, sobre todo para la elaboración de cuchillos ceremoniales y hachas para la nobleza, también se cree que utilizaron platino y hierro aunque sólo para la elaboración de pequeños ornamentos.

Música

Los incas contaron con varios instrumentos musicales de viento y percusión entre los que se encuentran: la quena, la tinya o Wankar, el calabacín, la zampoña y la baqueta. La música desempeñaba un papel importante en distintas ocasiones. Se sabe que había música amorosa, guerrera, fúnebre y agrícola. La música incaica se componía de cinco notas musicales.

Una característica fue la ejecución de música durante las labores agrícolas en tierras del Estado, con lo cual convertían las duras faenas del campo en amenas reuniones.

Los instrumentos musicales empleados en las manifestaciones corporales eran diversos según las danzas a interpretar, los integrantes, las regiones o los motivos de las celebraciones.

Las flautas eran uno de los instrumentos más populares. Las quenas por lo general, eran confeccionadas con huesos humanos mientras que otras flautas eran de arcilla, plata o, las más comunes, de carrizos.

Entre ellas destacan los sikus de caña y de cada instrumento está dividido en dos mitades con tonos complementarios y tocados por un par de instrumentos. Para formar una melodía es necesario que ambos instrumentos toquen alternadamente cuando les corresponde y además en forma simultánea con los demás registros.

Las antaras o flautas de Pan eran hechas de cerámica de nueve tubos acodados, las de carrizos se mantenían unidas por finas soguillas.

En cuanto a las trompetas halladas en las tumbas de la costa, pertenecían a uno de los tributos de los señores yungas. Con frecuencia se encuentran quebradas ya que su destrucción forma parte del ritual funerario.

El caracol marino o Strombus se representó desde la época de Chavín de Huantar y en quechua se le dice huayllaquepa. La voz pututu con el cual se le llama actualmente proviene del Caribe y fue traída por los españoles a la par que las palabras maíz, chicha y ají, entre otras. Es una adaptación de fututo por no existir en el quechua la letra "f".

Zampoña Inca
Un instrumento musical básico fue el tambor. Éste podía ser de diversos tamaños y sonidos, y se utilizaba para marcar el ritmo en las danzas y bailes colectivos. Los había pequeños, ilustrados por Guaman Poma, que eran tocados por mujeres; grandes, que eran confeccionados con piel de puma u otorongo y llamados poma tinya y finalmente, los runa tinya, confeccionados con piel humana.

El compás se marcaba también con cascabeles de plata o racimos de semillas que se ataban a las piernas de los danzantes. En la cultura moche, los grandes señores o los dioses usaban atados a sus cinturas grandes sonajas de oro, como las del Señor de Sipán.

Entre los grupos campesinos y en ciertas festividades o celebraciones soplaban en las cabezas secas de venados como si fuesen flautas y marcaban con ellas los pasos de los danzantes.

Literatura incaica

Antes de la conquista española existía una rica y variada literatura oral en el área del Imperio inca. Algunas muestras de poesía religiosa, narraciones y leyendas quechuas han llegado a nosotros gracias a que fueron transcritas por cronistas como Cristóbal de Molina, el Cuzqueño, autor de Fábulas y ritos de los incas (1573); Santa Cruz Pachacuti, indigena evangelizado defensor de la Corona española, que escribió la Relación de antigüedades de este reino del Perú (1613), donde describe la religión y filosofía quechuas y recoge en lengua quechua algunos poemas de la tradición oral; el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616); y Felipe Guamán Poma de Ayala cuya obra Nueva crónica y buen gobierno permite reconstruir buena parte de la historia y genealogía de los incas, así como numerosos aspectos de la sociedad peruana posterior a la conquista.

Gracias a ellos y a otros cronistas del siglo XVII, una parte de este legado pervivió y es una fuente viva para la literatura posterior. Esa labor fue continuada mucho después por antropólogos, historiadores e investigadores modernos y contemporáneos. Uno de los más influyentes es José María Arguedas, importante también por su obra novelística, que subraya la importancia del carácter bilingüe y multicultural del Perú.

Lenguas del imperio

El Imperio incaico era un estado multicultural y plurilingüístico, que englobaba algunas de las regiones de altísima diversidad cultural y lingüística como son el norte de Perú, Ecuador y en menor medida el este de Bolivia. Algunas lenguas fueron ampliamente usadas junto con las lenguas quechuas. Entre las lenguas más importantes destacan algunas que estuvieron asociadas a reinos preincaicos de importancia. Una lista no extensiva de lenguas regionalmente importantes es:

 - Idioma puquina, alrededor del lago Titicaca.
 Idioma aimara, alrededor del lago Titicaca y en regiones circundantes.
 - Idioma mochica, en el noroeste de Perú y la costa norte.
 - Idioma quingnam, en la costa central de Perú.
 - Idioma chacha, en el territorio dominado por los chachapoyas.
 - Idioma cacán, en el sur del imperio.


Ciencia y tecnología

Tecnología militar

Los incas eran hábiles forjadores de metal, construyeron armas de bronce y objetos domésticos. Construyeron hachas y mazas para el contacto cuerpo a cuerpo y entre otros objetos militares también armas arrojadizas como arcos y flechas, usando también hondas llamadas huaracas.

Las mazas tenían forma estrellada con un orificio al centro a fin de colocarla en un palo, recibían el nombre de macanas.

Sabían también forjar el hierro, pero lo usaban para objetos muy decorativos, aunque también usaban para este fin el oro y la plata.

Descubrimientos

Según el historiador José Antonio del Busto con la expedición marítima llevada a cabo por Tupac Yupanqui, los incas habrían descubierto Oceanía, habiendo llegado a Mangareva e isla de Pascua.

Astronomía

En la astronomía incaica destacó el Sol, y su culto, parece ser una constante en las culturas de la antigüedad, sin duda por el rol que el astro rey cumple en el "calendario agrícola". Los incas adoraban al Sol fundamentalmente para que les proporcionara abundantes cosechas. Era una fuerza dominante y un símbolo de prestigio y poder.

En el Perú el culto al Sol se oficializó debido a las conquistas incaicas. Estos, que adoraban al Sol al extremo de afirmar que los gobernantes eran sus hijos, llevaban su religión a todos los pueblos que iban sometiendo por medio de la guerra.

El Sol ("inti", en quechua), al que acostumbran representar por un gran disco de oro circundado de rayos, era adorado en templos cubiertos totalmente de oro, como lo era el Koricancha o "patio de oro" en la ciudad del Cuzco. También se afirmaba que el maíz eran las lágrimas del Sol debido al color dorado que tiene el maíz seco. Por lo tanto se ofrendaba al Sol la bebida que se elaboraba con el maíz: la chicha.

El culto al Sol tenía su apoteosis en la Fiesta del Sol ("Inti Raymi" en quechua) que hasta ahora se reproduce, todos los 24 de junio, en la ciudad del Cuzco.

Algunos cronistas afirman que los incas podían predecir los eclipses.

Tumi
El uso de la astronomía, como en muchas culturas de la época, tuvo un alcance agrícola desarrollado. Los incas eran capaces de separar las estaciones por épocas de sembrado y cosecha para cada tipo de producto. Se logró esta herramienta mediante la utilización de edificaciones de piedra (entre los que se encontraban los templos anteriormente mencionados) alineadas con los ejes cardinales siendo el norte la guía referencial utilizada.

Medicina

La medicina que se practicó en el incanato, estaba íntimamente ligada a la magia y la religión. Todas las enfermedades se suponían provocadas por el desprendimiento del espíritu del cuerpo, a causa de un maleficio, un susto o un pecado. Los curanderos incaicos, llegaron a realizar intervenciones quirúrgicas, como trepanaciones craneanas (practicadas anteriormente por la cultura Paracas), con el propósito de eliminar fragmentos de huesos o armas, que quedaban incrustadas en el cráneo, luego de accidentes o enfrentamientos bélicos. Uno de los instrumentos utilizados en la cirugía incaica, fue el "Tumi" o cuchillo de metal en forma de "T". Como anestesia se usaba la coca y la chicha en grandes cantidades y se sabe que también conocieron el uso de las vendas.

Los médicos kallawayas, tradicionales en la región andina, han conservado una detallada clasificación antigua de las plantas y animales,​ que se considera proceden de la época. Estos kallawayas conocían la quina, una planta altamente efectiva contra la malaria.

Agrotecnia

Se estima que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales, entre ellas, papas (Solanum tuberosumy otras), camotes (Ipomoea batatas), maíz (Zea mays), ajíes, algodón (Gossypium barbadense), tomate, maní (Arachis hypogaea), oca (Oxalis tuberosa) y quinua (Chenopodium quinoa).

Las principales técnicas agrícolas, en cuanto a la disposición de tierras fueron:

 - Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas y cerros.
 - Waru waru, técnica en la que se araban surcos alrededor de los cultivos y se les llenaba de agua para crear un microclima más estable que el ambiente.
 - Pozas secas que se llenaban en época de lluvias. Era muy empleado en la costa. Se les llamaba simplemente lagunas (qucha).

También se resalta su técnica de mejoramiento de especies. Supieron de la mayor influencia de la temperatura del suelo que la del aire sobre las plantas, como lo atestigua el laboratorio de Moray.

La ganadería, en cambio, fue menos favorecida. Esto se debió a la escasa fauna andina. Utilizaron llamas como bestias de carga y alpacas como fuente de alimentos y vestimenta. La vicuña fue también muy apreciada. Se crió también el cuy (Cavia porcellus), hasta hoy uno de los principales potajes de la gastronomía andina.

Matemática y escritura

Los contenidos o conceptos matemáticos fueron aplicados por los Incas, principalmente, en el cálculo de resultados y cantidades de la Economía. Si bien en el Incario se desarrollaron importantes sistemas de medición, son más conocidos los quipus y yupanas, que representan la importante presencia matemática en la administración incaica. Los quipus eran sistemas manemotécnicos que consistían en tiras anudadas; sólo se anudaban los resultados de las operaciones matemáticas realizadas anteriormente en los ábacos o yupana.

Los cronistas españoles narran que los khipu kamayuqkuna leían en los nudos de los quipus la historia de los incas, relatando nacimientos, guerras, conquistas, nombres de los nobles y tiempos de tales eventos. «Son quipos unos memoriales o registros hechos de ramales, en que diversos nudos y diversos colores significan diversas cosas. Es increíble lo que en este modo alcanzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes, y ceremonias y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipos tan puntualmente, que admiran». La escritura que subyace bajo los quipus aún no ha sido descifrada. Existe en la actualidad un estudio sobre la posible escritura incaica, del inglés William Burns, que considera que fue de carácter alfanumérico representado con figuras geométricas en telares y en dibujos del cronista Felipe Guaman Poma de Ayala que se habría originado en la época del gobernante Pachacutec.

Legado Cultural de los Incas

Construcciones Monumentales: Machu Picchu, Cusco.

Lenguaje quechua: palabras que actualmente utilizamos ( cancha, carpa, choclo, papa, vicuña, entre otras )

Calendario inca: Conformado por 360 días, dividido en 12 meses y cada mes tenía 30 días.


JMS

1 comentario :

  1. os cronistas españoles narran que los khipu kamayuqkuna leían en los nudos de los quipus la historia de los incas, relatando nacimientos, guerras, conquistas, nombres de los nobles ideandando.es/que-es-el-cristianismo/

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